Por Revista Summa
Desde el 2020 se ha producido una transformación significativa en la forma en que las personas trabajan y en el espacio laboral. Actualmente los empleados tienen expectativas de flexibilidad y, por otro lado, los empleadores se esfuerzan por diseñar un entorno de trabajo que satisfaga las necesidades del negocio y maximice la productividad.
Según el estudio más reciente realizado por JLL llamado «El futuro del trabajo: esquemas de trabajo en Latinoamérica», que encuestó a 289 organizaciones en la región, el trabajo híbrido es el modelo más adoptado en América Latina con un 72% de las organizaciones encuestadas. Sin embargo, el trabajo híbrido también ha traído consigo desafíos como el arraigo de la cultura organizacional, el sentido de pertenencia para los nuevos empleados y la retención del talento.
Para abordar estos desafíos e incrementar la posibilidad de éxito del modelo híbrido, a continuación, se destacan 3 estrategias clave identificadas en encuestas realizadas por JLL a nivel mundial durante 2022 y 2023:
1. Identificar el propósito de la oficina considerando la naturaleza del trabajo y las necesidades tanto de los empleadores como de los empleados: existen diferencias de opinión entre los empleadores y los empleados sobre qué actividades deben realizarse en la oficina y qué significa ser productivo en un modelo híbrido. Los empleadores valoran el trabajo presencial por su contribución a la colaboración, conexión social, cultura y productividad, mientras que los empleados valoran la socialización y colaboración, pero encuentran barreras para trabajar desde la oficina como el nivel de ruido en los espacios de trabajo y el costo y tiempo de desplazamiento. Por ello, se hace necesario asegurarse de que las oficinas no solo sean centros sociales, sino que permitan el trabajo enfocado y la privacidad, equilibrando las necesidades colectivas e individuales a través de, por ejemplo, la adecuación acústica, acceso a tecnología y mobiliario adecuado.
2. Evolucionar la estrategia del lugar de trabajo con tecnología e involucramiento del liderazgo: para aumentar la productividad y costo eficiencia del modelo híbrido, las organizaciones pueden adoptar un enfoque basado en datos y tecnología. Esto implica implementar programas de ocupación que monitoreen e identifiquen los patrones de asistencia, el uso de los espacios y las dinámicas laborales. Además, es fundamental involucrar a los líderes en la definición y gestión del modelo híbrido, brindándoles entrenamientos y apoyo en la planificación del trabajo presencial. También desarrollar guías de trabajo híbrido para clarificar los acuerdos y políticas, minimizar la frustración de los empleados y gestionar las expectativas del trabajo bajo un modelo híbrido.
3. Contar con un modelo híbrido integral que incluya la gestión del cambio y la experiencia del empleado: los empleadores se encuentran en una encrucijada, buscando reducir los costos operacionales y del portafolio inmobiliario mientras promueven una mayor asistencia a la oficina. Es fundamental contar con una estrategia de gestión del cambio y de experiencia de los empleados durante el diseño e implementación del modelo híbrido para tener un mejor retorno sobre la inversión en espacios. Esto implica comprender los distintos perfiles de usuarios, anticipar y mitigar riesgos y resistencias, y brindar asistencia durante todas las etapas de transición hacia la adopción de las nuevas formas de trabajo y espacios.
Según Cindy Garay, directora de consultoría de JLL, “si bien estas 3 estrategias fueron identificadas en regiones distintas a Latinoamérica, las empresas en nuestra región están implementando estas iniciativas cada vez más y adaptándolas a sus contextos locales considerando los objetivos de negocio, la cultura que desean promover y las necesidades específicas de la fuerza laboral de sus mercados con el fin de mejorar la atracción y retención del talento, así como la productividad”.