La tasa de ocupación alcanzó su punto más bajo en julio del 2020.
Por Revista Summa
En enero de 2022 la producción nacional creció 9,0% en términos interanuales, para una recuperación de 12,3 puntos porcentuales (p.p.) respecto a enero de 2021.
Además, el crecimiento acumulado de los últimos doce meses fue de 9,1%, el mayor desde junio de 1993, lo cual indica que se mantiene el vigor de la recuperación de la producción nacional luego de la crisis generada por la COVID-19.
El dinamismo del proceso de recuperación de la actividad económica se explica por:
- La robusta demanda externa.
- La flexibilización de las medidas sanitarias debido al buen desempeño de las campañas de vacunación.
- El impulso al consumo y la inversión por las políticas monetaria y financiera.
- La recuperación de la confianza, especialmente de los empresarios.
- Una fuerte atracción de inversión directa.
La conjunción de estos factores permitió que ya en mayo de 2021 la economía registrara un nivel de producción superior al del periodo prepandemia (Gráfico 2). Esto también se materializó en una disminución en la tasa de desempleo, aunque a una velocidad menor al crecimiento en la producción.
De esta manera, la tasa de ocupación alcanzó su punto más bajo en julio del 2020; posteriormente inició un proceso paulatino de recuperación y en enero 2022 se mantiene cerca de 7% por debajo del periodo prepandemia. El desempleo se ubicó en 13,1%, lo que representa una notable mejora si se compara con la tasa de julio de 2020 (24,4%), aunque superior al registrado en febrero del 2020 previo al inicio de la pandemia (12,2%).
La tasa de variación trimestral anualizada de la serie del Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE) ajustada por estacionalidad muestra un proceso de normalización gradual, con un crecimiento que pasó de 14,5% en junio 2021 a 5,7% en enero pasado. Pero se trata de una tasa de variación todavía vigorosa, lo que sugiere que el crecimiento mantiene un buen impulso.