Arévalo de León tendrá un primer año de Gobierno marcado por la necesidad de generar condiciones de gobernabilidad.
Por EFE
El nuevo presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo de León, debe consolidar alianzas en el Congreso que le permitan avanzar, durante su primer año de Gobierno, en sus promesas de campaña, centradas en la lucha contra la corrupción, pese a que su partido, el Movimiento Semilla, solamente cuenta con 23 de los 160 escaños parlamentarios.
Arévalo de León, de 65 años, asumió la presidencia el pasado domingo después de un terremoto político por los últimos intentos de sus opositores para evitar su investidura.
Una configuración de 92 diputados de diferentes partidos eligió una junta directiva parlamentaria que permitió la juramentación del nuevo presidente electo para el periodo 2024-2028.
Entre los principales nuevos aliados del partido de Gobierno se encuentran Inés Castillo y Adim Maldonado, dos legisladores que fueron expulsados de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), el partido de la excandidata presidencial Sandra Torres, quien cayó en el balotaje ante Arévalo de León y no reconoció su derrota.
El partido de Arévalo de León, dirigido por el diputado Samuel Pérez, de 31 años, también se alió con algunos miembros de la derecha y con 17 parlamentarios de las bancadas minoritarias.
De acuerdo con diversos expertos, Arévalo de León y su partido necesitarán construir alianzas constantemente para poder gobernar y cumplir con sus promesas electorales.
«Las alianzas legislativas le permitirían a Arévalo un posible escenario de gobernabilidad», declaró a EFE este viernes el politólogo y analista independiente Renzo Rosal.
Sin embargo, el analista considera que las alianzas pueden ser temporales y que la vinculación del partido de Gobierno con actores de la vieja política «puede generar un desgaste significativo a largo plazo».
Desafío en el congreso
Desde el 12 de julio pasado, cuando Arévalo de León avanzó al balotaje por la presidencia, iniciaron intentos por cancelar su partido por supuestas anomalías en su proceso de creación en 2018.
El Ministerio Público (Fiscalía), señalado internacionalmente de intentar sabotear el triunfo electoral de Arévalo de León, inició varios procesos penales en busca de cancelar el partido.
Aunque Arévalo de León logró llegar a la presidencia, sus diputados se encuentran batallando para que su bancada sea reconocida ya que actualmente se encuentran como independientes.
Esta medida les obligó a renunciar a las dos plazas que sus diputados ocupaban en la junta directiva del legislativo, con Samuel Pérez como presidente y Andrea Villagran entre las concejales.
En diciembre último, Román Castellanos, diputado del Movimiento Semilla, aseguró a EFE que la principal tarea del partido de Gobierno en esta nueva legislatura será detener iniciativas de ley consideradas antiderechos.
Arévalo de León tendrá un primer año de Gobierno marcado por la necesidad de generar condiciones de gobernabilidad, así como mostrar resultados en la lucha anticorrupción que prometió a lo largo de su campaña y que lo impulsó al poder.