Recientemente Nicaragua decidió gestionar un préstamo con el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) por US$200 millones para reducir el impacto de subida de combustibles.
Por EFE
Los precios de los combustibles de transporte y cocina permanecerán congelados durante otra semana más en Nicaragua, para mitigar los efectos de las alzas internacionales en los costos del petróleo, informó este sábado el Gobierno.
Dichos precios, que se mantienen congelados desde abril pasado, permanecerán inalterables entre este 31 de julio y el 6 de agosto próximo, según anunció el Instituto Nicaragüense de Energía (INE).
El Estado de Nicaragua se encargará de “asumir” la diferencia entre los precios que fueron congelados y los que cobran las empresas distribuidoras, detalló el INE.
De acuerdo con los cálculos oficiales, la diferencia que asumirá el Estado por cada galón (3,78 litros) de las gasolinas será de al menos 0,01, y en el caso del diésel será de 0,37 dólares.
Al igual que en los últimos 3 meses, el precio del galón de gasolina superior, utilizada en automóviles ligeros, se mantendrá en 5,16 dólares; y el de la gasolina regular, aplicado en automóviles de vieja data y todoterreno, en 5,04 dólares. El galón de diésel, utilizado en el transporte de carga y colectivo, se mantendrá en 4,55 dólares.
Los precios del Gas Licuado de Petróleo (GLP) también se mantendrán sin variación, aunque estos dependen del tamaño del tanque y del departamento (provincia) donde se comercializan, confirmó el Instituto Nicaragüense de Energía.
Con la que viene, serán 16 semanas consecutivas de estabilidad en los precios de los combustibles en Nicaragua, lo que le cuesta al Estado unos 6 millones de dólares semanales, según las autoridades locales.
Recientemente Nicaragua decidió gestionar un préstamo con el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) por 200 millones de dólares para reducir el impacto del incremento de los precios de los combustibles en la economía nicaragüense.
El préstamo forma parte de una línea de crédito de hasta 800 millones de dólares, dispuesta por el BCIE para financiar un programa regional de apoyo ante el alza global de precios de los combustibles.
Los precios de los combustibles son establecidos semanalmente por las empresas distribuidoras con base en las variaciones de los precios internacionales de estos derivados, “es decir, estos precios no son regulados por el Estado”, según el INE.