¿Cuáles son los pros y contras?
Por BBC Mundo
Uruguay luce como un país extraordinario cuando sus pesos se convierten a dólares.
El salario mínimo uruguayo equivale a unos US$477, cerca del doble del que tienen países de la región con economías mayores como Brasil, México o Colombia.
En Uruguay también se vende la hamburguesa Big Mac más cara de América y la tercera más cara del mundo (a US$6,1), según el último índice de la revista británica The Economist publicado en julio.
Su capital, Montevideo, es una de las ciudades latinoamericanas con el costo de vida más elevado para los extranjeros, de acuerdo a un estudio reciente de la firma Eca International.
Detrás de estos datos hay un fenómeno llamativo: la fortaleza del peso uruguayo ante al dólar.
Uruguay tiene la moneda de América Latina con mejor desempeño frente a la divisa estadounidense en lo que va del año, según Bloomberg Economics, con una apreciación de 10,1% desde el inicio de 2021 hasta el pasado viernes.
De hecho, el peso uruguayo figura en ese ranking como la quinta moneda que más valor ha ganado ante el dólar en todo el mundo durante 2022.
Esto contrasta con el retroceso que este año tuvieron otras monedas respecto al dólar, desde el peso colombiano o chileno hasta el euro.
Los expertos ofrecen distintas explicaciones para semejante muestra de vigor de la divisa de Uruguay.
Pero discrepan en lo esencial: ¿está manejando bien la política monetaria este país sudamericano de 3,5 millones de habitantes?
Oferta y demanda
Uno de los motivos que suelen señalarse para que la cotización del dólar en Uruguay haya caído, de unos 44 pesos al inicio del año a cerca de 40 pesos en estos días, es comercial.
Entre enero y julio de 2022 Uruguay exportó 36% más que el mismo período del año pasado, en un contexto de alza de precios de materias primas que favoreció las ventas de productos del país como soja, carne y celulosa.
Esto significa que la economía uruguaya recibe más dólares por esas ventas y, por simple ley de oferta y demanda, esto deprecia la divisa estadounidense en la plaza local.
Por otro lado, la estabilidad política de Uruguay comparada con otros países de la región tiende a fortalecer su moneda, señala Arturo Porzecanski, un experto en finanzas internacionales y economía latinoamericana en la American University de Washington.
«El contexto político también importa para la política monetaria y fiscal, que son dos grandes fuerzas que inciden sobre la tasa de cambio», dice Porzecanski a BBC Mundo.
A su juicio, una de las razones principales de la apreciación del peso es que el Banco Central del Uruguay (BCU) subió de forma significativa su tasa de interés de referencia: de 4,5% a inicios de agosto del año pasado a 9,75% actualmente.
Este aumento buscó contener la inflación en el país, que llegó a 9,56% en los últimos 12 meses. Pero también volvió menos atractivo el dólar para los inversores, porque mejoraron sus beneficios al posicionarse en pesos.
«No hay muchos otros países en América Latina o el resto del mundo donde uno pueda decir que el Banco Central está evitando tener una tasa de interés negativa, es decir, por debajo de la inflación», dice Porzecanski, quien ve esto como una muestra de seriedad.
Sin embargo, otros economistas lo consideran un error que puede impactar en la producción y el empleo del país.
«¿Uruguay hizo algo espectacular en estos seis meses como para que su moneda se aprecie 15% contra las principales monedas del mundo? No, es un daño autoinflingido», sostiene Javier de Haedo, un exviceministro uruguayo de Economía.
«No tiene ningún fundamento técnico eso», dice De Haedo a BBC Mundo.
Pros y contras
En su índice Big Mac, que muestra el equilibrio de las monedas en base al costo de la famosa hamburguesa en cada país, The Economist indicó que hasta junio el peso uruguayo estaba un 18,1% sobrevalorado frente al dólar.
Y, al ajustar el costo por PIB per cápita, sugirió que la divisa uruguaya sería la más sobrevalorada frente al dólar (49,2%) entre las 52 monedas medidas alrededor del mundo.
Muchos buscan aprovechar los beneficios del «dólar barato» en Uruguay.
En sus vacaciones invernales de julio, más de 180.000 uruguayos (5% de la población total del país) viajaron al exterior.
La gran mayoría de ellos fue a la vecina Argentina, que tiene precios más baratos en dólares por su crisis económica y la devaluación de su propio peso.
En el puente fronterizo de San Martín hubo filas de más de tres kilómetros de vehículos de Uruguay para cruzar a Argentina.
Pero otros advierten que la apreciación del peso uruguayo baja la competitividad de algunos sectores de la industria local con costos de producción cada vez mayores en dólares.
La Unión de Exportadores del Uruguay (UEU) expresó en junio su «enorme preocupación» por la baja del precio del dólar en el mercado local y señaló que «hay empresas que ya han decidido cerrar su negocio» en el país por la pérdida de competitividad.
Una de ellas fue la metalúrgica Cinter Aperam, fabricante de partes para automóviles, que anunció el cese de sus operaciones en Uruguay con unos 150 trabajadores afectados, para concentrarse en Brasil.
«Cuando suceden estos fenómenos y nos desalineamos respecto a lo que pasa en el mundo (…) tenemos una caída en lo que producimos en determinadas áreas y eso termina afectando la cantidad de empleo», dice María Laura Rodríguez, economista de la UEU, a BBC Mundo.
Otro sector donde miran con inquietud el encarecimiento en dólares de Uruguay es el turismo, un pilar importante de la economía del país que ha sentido el golpe de la pandemia y ahora puede sufrir una merma de visitantes extranjeros, sobre todo desde Argentina.
Sin embargo, en términos generales Uruguay mantiene una balanza de pagos sin mayores desequilibrios mientras su economía se expande.
El gobierno de centroderecha de Luis Lacalle prevé que el PIB aumente 4,8% este año, con la creación de 40.000 puestos de trabajo.
Así, los especialistas prevén que si persiste el actual escenario interno y externo, en los próximos meses la divisa uruguaya podría variar apenas levemente ante el dólar, sin grandes saltos.
«Lo más probable», señala Porzecanski, «es que el peso versus el dólar se deprecie, pero poco».