Otro aspecto muy significativo del análisis realizado es que la amenazada expansión de los bosques en Europa, Norteamérica, el Cáucaso y Asia Central contrasta con la situación en el resto del mundo, que cada año pierde casi 11 millones de hectáreas de bosques, de acuerdo a datos de la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Por EFE.
La expansión de los bosques en cuatro zonas del mundo -Europa, Norteamérica, el Cáucaso y Asia Central- se ha convertido en una historia de éxito que ahora está amenazada por la frecuencia e intensidad de los incendios forestales, las plagas y el cambio climático, según un equipo de expertos de la ONU que ha estudiado la cuestión.
Los bosques en ese conjunto de regiones han ganado en las últimas tres décadas 60 millones de hectáreas (un territorio más grande que Francia), lo que a la vez ha llevado a incrementar en un 11 % su capacidad de almacenamiento de dióxido de carbono, que al no ser emitido a la atmósfera no contribuye al calentamiento global, según las mediciones que se han efectuado para un informe que se realiza solo cada cinco años.
El informe ha sido presentado este miércoles en Ginebra y además de actualizar la información sobre los bosques tiene la intención de poner esta temática en el centro de las acciones para frenar el cambio climático, sobre todo en momentos en que la evolución positiva de estos bosques está riesgo.
La región alberga más de 1.760 millones de hectáreas de bosques o el 42 % de los bosques del mundo y casi la mitad de los bosques primarios, razón por la cual son ecosistemas vitales para la biodiversidad, la regulación del clima, el suministro de madera y el bienestar humano.
Estos beneficios no son solo locales, sino que tienen repercusiones regionales ya que si se consideran las cuatro regiones estudiadas, los bosques cubren en promedio el 39 % de la superficie de la región, con variaciones considerables de un país a otro, según el informe elaborado en el seno de la Comisión Económica de Naciones Unidas para Europa.
Por ejemplo, los bosques cubren el 74 % del territorio de Finlandia, la mitad de Rusia (país que tiene la extensión de bosques más grande del planeta, por encima de Brasil), el 41 % de Canadá, el 38 % de España, el 33 % de Estados Unidos, el 13 % del Reino Unido o el 5 % de Turkmenistán.
Otro aspecto muy significativo del análisis realizado es que la amenazada expansión de los bosques en Europa, Norteamérica, el Cáucaso y Asia Central contrasta con la situación en el resto del mundo, que cada año pierde casi 11 millones de hectáreas de bosques, de acuerdo a datos de la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Gracias a que los bosques ocupan ahora más espacio en ese grupo de países el volumen de madera ha aumentado en un tercio.
Todo ello no habría sido imposible si muchos gobiernos no hubiesen designado nuevas áreas de conservación de la biodiversidad o tomado medidas para la protección del suelo y el agua, lo que ha llevado a que actualmente más de 300 millones de hectáreas (el tamaño de Italia) ahora cuenten con protección legal.
Sin embargo, los expertos han advertido también de que estos logros se puedan perder sin políticas nacionales que aseguran una gestión adecuada de los bosques ya que datos de varios países indican que la expansión se está volviendo más lenta.
Sin un crecimiento regular y con los daños que causan los incendios, los insectos y las enfermedades, el informe sostiene que los vastos bosques de la región, que actualmente almacenan carbono, podrían transformarse en emisores de carbono, lo que dependerá en gran medida de cómo evolucione el cambio climático.
“No sabemos a qué velocidad irá el cambio climático y cómo reaccionarán los bosques”, señaló a la prensa el experto en bosques de la Comisión de la ONU, Roman Michalak.
