Su programa incluye un «plan 911» para impulsar la reactivación económica, con la creación de 200.000 oportunidades de trabajo directas y 40.000 indirectos.
Por EFE
El expresidente José María Figueres Olsen, candidato del tradicional Partido Liberación Nacional (PLN), buscará con su «experiencia» el apoyo de los costarricenses en la segunda ronda electoral, pero que enfrenta impopularidad por el pasado que arrastra sobre sospechas de corrupción que nunca han sido comprobados.
El candidato ganó la primera vuelta con el 27,4 % de los votos, lejos del 40 % necesario para evitar la segunda vuelta de este 3 de abril, en la que se enfrentará al economista Rodrigo Chaves, del Partido Progreso Social Democrático.
La última encuesta del Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP) de la Universidad de Costa Rica reveló que para la segunda contienda Figueres está 3 puntos por debajo de Chaves, lo que se traduce en un empate técnico.
Figueres, quien fue presidente entre 1994 y 1998, es graduado en ingeniería industrial en la academia militar de West Point, de Estados Unidos y saltó a la política en 1988.
Su padre y caudillo socialdemócrata José Figueres Ferrer fue tres veces presidente (1948-1949, 1953-1958 y 1970-1974) y se convirtió en la figura política más prominente de la historia reciente de Costa Rica al abolir el ejército en 1948 tras ganar la última guerra civil del país.
Durante su mandato entre 1994 y 1998, Figueres Olsen creó un sistema de pago por servicios ambientales, impulsó el ecoturismo y se le atribuye la llegada de Intel a Costa Rica en 1996, pero su gestión también estuvo rodeada de polémica por el cierre del Banco Anglo y del ferrocarril.
Figueres ha apelado a su experiencia y aunque ha dicho que va a combatir la corrupción, le pesa la sombra de un escándalo por una asesoría que prestó a la empresa de telecomunicaciones Alcatel para acceder a una licitación pública.
Por esa asesoría el político recibió un pago 900.000 dólares entre 2000 y 2003.
Figueres, quien defendió que el pago fue lícito, vivió en Suiza durante casi ocho años y regresó a Costa Rica en diciembre de 2011, luego de que en 2007 la Fiscalía determinara que no cometió ningún delito con la prestación de su consultoría y archivó el caso.
Sin embargo, la polémica lo sigue persiguiendo y en las últimas semanas ha sido cuestionado por un sorpresivo viaje a República Dominicana pagado por un empresario y el cual no fue anunciado ni informado.
El Tribunal Supremo de Elecciones costarricense solicitó los recibos, comprobantes y cualquier otra documentación para tener la información respectiva.
Posteriormente, Figueres brindó una rueda de prensa en la que explicó que durante su viaje se reunió con el presidente de ese país, Luis Abinader, con el fin a analizar temas como la guerra en Ucrania, el precio del petróleo y el trigo, y la actualidad del Sistema de Integración Centroamericana.
La encuesta del CIEP indica que a Figueres las personas reconocen aspectos positivos como su experiencia, su conocimiento y las propuestas que tiene como candidato. En cambio, la corrupción, señalarlo por robo y que huyó, son los aspectos que los consultados recuerdan mayoritariamente como negativos.
Como parte de las propuestas en su Plan de Gobierno, el candidato presidencial se ha comprometido a convertir a Costa Rica en el líder mundial en la transición energética, promover una economía creciente y verde, así como amigable de la producción nacional.
Su programa incluye un «plan 911» para impulsar la reactivación económica, con la creación de 200.000 oportunidades de trabajo directas y 40.000 indirectos, durante los primeros dos años.
Para el candidato las metas deben ser ambiciosas, como bajar a menos de un 7 % el desempleo y alcanzar un crecimiento económico superior al 5 % de forma sostenida, con el objetivo de crear empleo, encadenamientos productivos, oportunidades para emprendimientos y posibilidad de inversión con nuevos modelos de negocio.
Sobre su rival, Figueres ha criticado que no ha presentado públicamente un equipo económico y ha afirmado que un Gobierno de Chaves sería un «salto al vacío».
El próximo domingo 3,5 millones de costarricenses estarán llamados a las urnas para elegir al presidente que gobernará entre 2022 y 2026.