El pasado sábado concluía otra huelga de más de dos días al que habían sido convocados por el sindicato.
Por EFE
La huelga del personal de cabina de la aerolínea Lufthansa convocada para el martes en el aeropuerto de Fráncfort y el miércoles en el de Múnich, por el sindicato UFO, afectará a unos mil vuelos y 120.000 pasajeros en total.
Según un portavoz de la compañía alemana, unos 600 vuelos serán anulados en el aeropuerto de Fráncfort, el principal del país, y unos 400 en la capital bávara, lo que significa que 70.000 viajeros en el primer aeródromo y 50.000 en el segundo no podrán viajar.
En total 18.000 empleados de cabina de Lufthansa y 900 de la filial Cityline, con sede en Múnich, se sumarán a la huelga de dos días de duración a partir de las 03.00 GMT de este martes, que además se suma a la huelga ferroviaria convocada por el sindicato de maquinistas GDL.
La gestora del aeropuerto de Fráncfort pidió en un aviso en su página web a los viajeros que comprueben el estado del vuelo antes de llegar al aeródromo, y advirtió de «retrasos en las operaciones y cancelaciones de vuelos».
El aeropuerto de Múnich también señaló que habrá ajustes al programa de vuelos y que los pasajeros afectados serán informados por Lufhansa sobre cómo proceder.
La huelga ha sido convocada después de que las dos votaciones el miércoles pasado de los afiliados de UFO de Lufthansa y Lufthansa Cityline «terminaran con un resultado muy claro y de que la dirección siga negándose a responder adecuadamente a nuestras reivindicaciones salariales», indica el sindicato.
El jueves pasado, el consorcio anunció un beneficio neto récord de casi 1.700 millones de euros, el tercero mejor de la historia del grupo, recordó el presidente del consejo de UFO, Joachim Vázquez Bürger.
«Precisamente en este contexto, nuestras reivindicaciones nos parecen apropiadas y justas. La tripulación de cabina también debe participar en este éxito y las concesiones hechas durante la crisis del coronavirus deben ser compensadas suficientemente», señaló.
El pasado sábado concluía otra huelga de más de dos días al que habían sido convocados por el sindicato ver.di alrededor de 25.000 empleados del personal de tierra de Lufthansa y que obligó a la aerolínea a cancelar entre el 80 % y el 90 % de los vuelos.