Según Fitch, la estabilización de la perspectiva de la calificación refleja una resiliencia fiscal mayor de la esperada.
Por EFE
La agencia calificadora de riesgo crediticio Fitch Ratings afirmó la calificación de la deuda soberana de largo plazo en moneda nacional y extranjera de Nicaragua en «B-«, y revisó la perspectiva de la calificación de negativa a estable, informó este sábado el banco emisor del Estado nicaragüense.
Asimismo, ratificó en «B» la calificación de la deuda soberana de corto plazo en moneda nacional y extranjera, y mantuvo el techo país en «B-«, señaló el Banco Central de Nicaragua en una declaración.
Según Fitch, la estabilización de la perspectiva de la calificación refleja una resiliencia fiscal mayor de la esperada.
«Los primeros signos de recuperación económica de un período prolongado de contracción económica y los desembolsos multilaterales relacionados con la pandemia que han aliviado las restricciones de financiamiento a corto plazo», explicó el banco emisor del Estado.
LOS DESEMBOLSOS MULTILATERALES
Fitch Ratings destacó que en 2020 las instituciones financieras multilaterales y bilaterales desembolsaron 829 millones de dólares a Nicaragua, es decir un 6,7 % de su PIB al sector público nicaragüense.
Esa cantidad representó un aumento del 52 % con respecto al desembolso promedio anual de 546 millones de dólares entre 2017 y 2019, precisó.
«Las instituciones multilaterales internacionales flexibilizaron sus requisitos crediticios en respuesta a la pandemia (de la covid-19) y a los huracanes Eta e Iota (que azotaron Nicaragua) en noviembre de 2020», puntualizó.
Los mayores acreedores de Nicaragua el año pasado fueron el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), con 321,6 millones de dólares, el Fondo Monetario Internacional (FMI), con 186,8 millones de dólares, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), con 150,2 millones de dólares, y el Banco Mundial, con 67,7 millones de dólares, detalló.
LA ECONOMÍA DE NICARAGUA CRECERÁ 3,8 %
Fitch Ratings proyecta que la economía de Nicaragua crecerá un 3,8 % este año, respaldada por mayores exportaciones y expansión fiscal.
«Las proyecciones de crecimiento para 2022 y 2023 están limitadas por la contracción del crédito, la incertidumbre política derivada de las próximas elecciones y la consolidación fiscal esperada después de las elecciones», agregó.
El Producto Interno Bruto (PIB) de Nicaragua decreció un 2,0 % en 2020, el tercer año consecutivo de contracción, como producto de la pandemia de la covid-19 y los daños causados por los huracanes Eta e Iota, en noviembre pasado, según el Banco Central.
El PIB de Nicaragua cayó un 3,7 % en 2019 y un 3,4 % en 2018, como producto de la crisis social, política y de derechos humanos que afecta al país desde hace 38 meses, según la autoridad monetaria, que actualizó las cifras de 2018 y 2019.
LOS RIESGOS PARA NICARAGUA
La agencia explicó que las calificaciones de Nicaragua están limitadas por el puntaje promedio más bajo de los Indicadores de Gobernanza del Banco Mundial en las Américas calificadas por Fitch, el bajo ingreso per cápita, los riesgos de estabilidad política y las sanciones internacionales que limitan el financiamiento externo futuro.
En ese sentido, advirtió que la «Ley NICA 2018 (estadounidense) y otras sanciones internacionales» contra Nicaragua «pueden limitar el financiamiento externo nuevo en los próximos años».
Observó, además, que los acontecimientos previos a las elecciones presidenciales del 7 de noviembre «podrían deteriorar las relaciones (de Nicaragua) con Estados Unidos y la Unión Europea, lo que podría aumentar los riesgos de ampliación o endurecimiento de las sanciones».
Por otro lado, alertó que el déficit del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS), que ha sido un impulsor de los déficits del Gobierno central y cuya reforma fue el detonante de la crisis sociopolítica que vive el país desde abril de 2018, alcanzó el 0,8 % del PIB, una expansión de 0,2 puntos porcentuales en comparación con 2019.
«Fitch proyecta que el déficit del INSS crecerá gradualmente hasta el 1,4 % del PIB para 2023, a menos que haya una reforma estructural que mejore su posición actuarial», avisó.