El país ha adquirido 1.801 bitcoines, sin que el Gobierno dé detalles del monto total invertido o si siguen en las reservas del país.
Por EFE
El Salvador lleva más de medio año con el bitcóin como moneda de curso legal, junto al dólar de Estados Unidos, período en el que se convirtió en la principal apuesta económica del presidente Nayib Bukele.
Estas son algunas de las claves del proceso de adopción de esta criptomoneda, la más popular del mercado:
1. EL PRIMERO
El 7 de septiembre de 2021, El Salvador se convirtió en el primer y único país en adoptar el bitcóin como moneda y volver obligatoria su aceptación en el comercio.
La medida la había anunciado Bukele poco antes mediante un intervención telemática en un evento en Estados Unidos y sin hacerlo saber antes a los salvadoreños.
Los diputados de la Asamblea Legislativa aprobaron la medida, sin estudio o debate parlamentario, lo que llamó la atención del mundo de las criptomonedas que abogan por la libertad financiera sin la supervisión estatal.
2. LOS BONOS VOLCÁN Y LA URGENCIA DE FONDOS
Con los meses, el discurso público de Bukele se centró principalmente en el tema del bitcóin. El mandatario convirtió su cuenta de Twitter en la casi única fuente oficial sobre la medida con mensajes, en su mayoría en inglés.
Los principales proyectos vinculados al bitcóin que el Gobierno ha lanzado son el minado de esta crioptomoneda para intentar generar riqueza con la energía de los volcanes, la construcción de la «ciudad bitcóin» y la emisión de 1.000 millones de dólares en bonos.
Esta última medida se ha colocado también como una alternativa para satisfacer las crecientes necesidades de financiación del Ejecutivo salvadoreño.
El ministro de Hacienda, Alejandro Zelaya, dijo a inicios de febrero que la emisión de estos bonos «puede ser bastante interesante como mecanismo de manejo de la deuda de El Salvador» y abre «una nueva ventana de financiamiento» para manejar de mejor forma la curva de repago.
El presidente Bukele anunció esta emisión para financiar la construcción de la «ciudad bitcóin» y adquirir más de estas divisas.
Se esperaba, según anunció el Gobierno, que la emisión se diera en marzo pasado, pero esta se suspendió supuestamente para dar prioridad a una reforma de pensiones.
El Fondo Monetario Internacional (FMI), ente con el que el Gobierno de Bukele negociaba una acuerdo por hasta 1.400 millones, instó al país a «limitar el alcance de la Ley Bitcóin eliminando su condición de moneda de curso legal» y también manifestó su «preocupación» por la emisión de bonos respaldados con la criptomoneda.
Las agencias calificadoras de riesgo han señalado la creciente necesidad de financiación que tendrá el Gobierno salvadoreño, que en 2023 debe pagar 800 millones de dólares de Eurobonos.
La última en pronunciarse fue Fitch Ratings, que rebajó la calificación crediticia a largo plazo -Issuer Default Rating (IDR)- a «CCC» de un «B-» previo.
3. EL SUBE Y BAJA DE LAS RESERVAS
El Congreso de El Salvador destinó más de 200 millones de dólares para adopción del bitcóin y crear un fondo, administrado por un banco estatal, por 150 millones de dólares.
El país ha adquirido 1.801 bitcoines, sin que el Gobierno dé detalles del monto total invertido o si siguen en las reservas del país.
Desde la última compra, el 21 de enero pasado, el país ha sufrido la volatilidad del mercado de los criptoactivos y sus reservas han registrado pérdidas, dado que casi todas las compras se realizaron en precios superiores a los que se encuentra en la actualidad.
4. FALTA DE TRANSPARENCIA
A pesar de la importancia que el Gobierno le ha dado a la adopción del bitcóin, los salvadoreños no conocen la forma en la que el Gobierno maneja los fondos utilizados y otros datos, dado que se han puesto bajo secreto.
La información reservada por instancias estatales son el monto desembolsado para comprar bitcóin para la entrega de un bono mediante la billetera gubernamental.
Tampoco se da cuenta de los fondos transferidos por el Banco de Desarrollo de El Salvador (Bandesal), que maneja el fideicomiso (fondo) de 150 millones, a la empresa estatal Chivo para la creación de la billetera digital y de una red de cajeros automáticos.
Según tuits del presidente Bukele, son unos 4 millones los salvadoreños registrados en la billetera, pero se desconoce cuántos casos son de identidades usurpadas.
En sus redes sociales, Bukele ha insinuado que él ha comprado el bitcóin desde su teléfono inteligente, «desnudo» y «a veces, mientras está en el inodoro».