A pesar de la incertidumbre que ha generado la pandemia los costarricenses están más positivos con su situación económica personal.
Por Revista Summa
La consultora Kantar con su división Worldpanel, lleva más de 12 años realizando el estudio Consumer Watch, para conocer la percepción y hacer un diagnóstico sobre el ánimo y tendencias de los consumidores de Costa Rica.
La pandemia trae un panorama complicado y de incertidumbre en la región, 78% de los costarricenses indican que sus ingresos se han visto afectados, especialmente los hogares de estratos sociales medios-bajos y bajos, pero confían en un mejor 2022, donde 73% considera que su situación económica personal para el próximo año será mejor o igual que en 2021, con esto el optimismo aumenta 23pp.
Los costarricenses que han visto afectos sus ingresos en 2021, han tenido que sacrificar algunos gastos en el hogar, como las mejoras a su vivienda, compra de muebles y electrodomésticos, y algunos ha sacrificado el pago de algunos servicios básicos.
En el tema de preocupaciones, en el último año hemos encontrado que la mayoría de los costarricenses se han preocupado por los temas de la salud y rápida propagación del covid-19, si compramos con la percepción de hace 4 años, la inseguridad y violencia tomaba el puesto #1.
El aumento de precios e inflación es tema de preocupación para el 58% de los compradores de Costa Rica, “La pandemia ha provocado mundialmente un aumento en el precio del petróleo, las materias primas y los problemas en las cadenas de suministro, que han provocado el aumento en el precio de los transportes de los productos, cómo los conteiners y escasez de ciertos bienes” comentó Alejandra Ortiz, Gerente de estudios especiales para Centroamérica de Kantar división Worldpanel CAM.
Y cómo cuarta incertidumbre entre los costarricenses, 6 de cada 10 les preocupa la crisis económica, en medio de una de las recesiones económicas más grandes provocada por el covid-19.
Pero no todo ha sido negativo en medio de la pandemia, el ingreso de las remesas ha sido un respiro para muchas familias que dependen de ese dinero para vivir, especialmente en países del cono norte de Centroamérica.