A partir de 2018, cuando estalló una crisis sociopolítica en Nicaragua, Ortega inició un descenso en la valoración que dan los nicaragüenses.
Por EFE
El 56 % de los nicaragüenses desaprueba la gestión del presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, mientras el 34 % aprueba la labor del líder sandinista, según un estudio de opinión divulgado este lunes por la firma costarricense CID Gallup y publicado en el periódico digital Confidencial.
El sondeo, efectuado entre el 20 de mayo y el 5 de junio pasado, con una muestra de 1.215 personas mayores de 16 años de edad, con teléfono móvil activo, distribuidos en toda Nicaragua, reveló que la evaluación hacia la labor del presidente Ortega refleja un saldo negativo de menos del 56 %, superior en un punto porcentual a la última medición, en enero pasado.
El 21 % de los nicaragüenses catalogó de «bien» y un 13 % de «muy bien» la labor del mandatario, que se encuentra en el poder desde 2007, para sumar un 34 % de opinión favorable, mientras un 10 % no respondió, según el sondeo.
«Los números confirman una tendencia negativa en la evaluación a la Administración Ortega-Murillo que ha sido reprobada en los últimos tres años, alcanzando sus máximos picos negativos con el 58 % en 2022 y el 55 % en enero de 2023», de acuerdo con el estudio.
A partir de 2018, cuando estalló una crisis sociopolítica en Nicaragua, Ortega inició un descenso en la valoración que dan los nicaragüenses por la forma en que se desempeña al frente del poder Ejecutivo y desde hace tres años se mantiene en números rojos, explicó CID Gallup.
En 2017, el líder sandinista gozaba de un 62 % de aprobación a su gestión por parte de los nicaragüenses, según esa firma.
Por otro lado, un 63 % de los nicaragüenses consideró «poco» o «nada» probable que el Gobierno del presidente Ortega le resuelva la preocupación que tiene en su familia, entre ellas el alto costo de vida y el desempleo.
Un 31 % de la población respondió que es «algo» o «muy» probable que sí se les resuelva, en tanto un 6 % no sabe o no respondió.
UN PAÍS CON RUMBO EQUIVOCADO
El porcentaje de 62 % de personas que dicen que Nicaragua va por el rumbo equivocado es igual al de 2022 y al de enero pasado, pero los que dicen que van por el camino correcto han disminuido de forma gradual de 33 % en 2022, a 32 % en enero de este año y ahora a 29 %, según el estudio de CID Gallup.
«Vemos un pesimismo a nivel general en la población nicaragüense. Tres de cada cinco personas, especialmente aquellos que se ven perjudicados en las finanzas de sus hogares, consideran que el futuro que les espera es bastante más negro que los que están viviendo hoy», explicó el director gerente de la firma costarricense Cid Gallup, Luis Haug, a Confidencial.
ECONOMÍA Y DESEMPLEO PASAN FACTURA A ORTEGA
En ese sentido, un 66 % de los nicaragüenses dijo que la situación económica de Nicaragua está «mucho peor» o «peor», comparado un año atrás, frente a un 24 % que consideró que estaba «mejor» o «mucho mejor», y un 10 % no sabe o no respondió.
«Es una visión bastante pesimista de lo que está sucediendo no sólo en el país, sino a lo interno del hogar. La situación económica es bastante apremiante para las familias. Vemos que dos de cada tres, y especialmente aquellas lideradas por mujeres y de un bajo nivel educativo, están teniendo mucha presión para poder conseguir el dinero para adquirir las necesidades básicas del hogar», indicó el consultor.
La falta de empleo es el principal problema de las familias en Nicaragua para el 28 % de sus ciudadanos, seguido del alto costo de la vida con un 25 %, la falta de vivienda con 7 %, y el tráfico de drogas con 6 %.
El sondeo se realizó entre el 20 de mayo y el 5 de junio pasado, con una muestra de 1.215 personas mayores de 16 años, de manera telefónica, y tiene un margen de error del 2,8 % y un nivel de confianza del 95 %, según la ficha técnica.
Nicaragua atraviesa una crisis política y social desde abril de 2018, que se ha acentuado tras las controvertidas elecciones generales del 7 de noviembre de 2021, en las que Ortega fue reelegido para un quinto mandato, cuarto consecutivo y segundo junto a su esposa Rosario Murillo como vicepresidenta, con sus principales contendientes en prisión.