Con la factura electrónica se pretende agilizar los trámites comerciales y con ello que El Salvador sea más competititivo, según considera Yanira Granillo, presidenta de Asadetics.
Por El Salvador
La factura electrónica, que el ministro de Hacienda presenta como otra alternativa para aumentar la recaudación fiscal, podría tardar al menos seis meses más en implementarse pues esta también depende de que haya un proveedor de servicios certificados para la firma electrónica, que se cree un reglamento y que se hagan capacitaciones tanto en el sector público como privado, aseguraron expertos.
“Estamos muy cerca de la implementación porque ya se autorizó al primer proveedor de servicios de certificación. Sin embargo la implementación no es inmediata, ya que depende de si la proveedora ya tiene la infraestructura tecnológica y además el tema es que respondan a reclamos en caso de violación de información secreta”, explicó Yesenia Granillo, presidenta de la Asociación Salvadoreña de Derecho de las Nuevas Tecnologías (Asadetics) y catedrática experta en el tema.
Joaquín Rodríguez, Investigador del Departamento de Estudios Legales de la Fundación para el Desarrollo Económico y Social (Fusades) explicó que debe comprenderse que la factura electrónica es una derivación efectiva de la firma electrónica, pero esta ha tomado su tiempo para ejecutarse.
La ley de la firma electrónica fue aprobada por la Asamblea Legislativa en 2015, pero hasta la fecha siguen sin aplicarse, lo que a su vez, retrasa una serie de trámites digitales que podrían agilizar el comercio, entre ellos, la factura electrónica.
Según Rodríguez, al solicitar información oficial al ministerio de Economía sobre este punto, la institución respondió que ya inició sus operaciones el primero proveedor autorizado por la Autoridad Acreditadora Raíz. Esto facilitará la implementación de la factura electrónica al poderse utilizar finalmente la firma electrónica certificada”, señaló.
Los beneficios
La presidenta de la Asadetics explicó que la factura electrónica es una de las formas de implementación de firma electrónica que tiene muchos beneficios principalmente para la recaudación fiscal ya que se generan las facturas de manera inmediata y en línea, permitiendo que existan auditorías y controles más efectivos.
Hacienda estima que con la aplicación de la factura electrónica, la recaudación tributaria pueda incrementar un 1% del PIB, es decir, más de $270 millones anuales.
“Para los consumidores y las empresas significa una huella electrónica de las transacciones que se hacen en línea, además de beneficiarse la reducción en costo de papel y esto último impacta beneficiando el medio ambiente”, detalló Granillo.
Por su parte el investigador de Fusades agregó que la factura electrónica podría “facilitar las actividades comerciales, fomentar modelos de negocios no tradicionales cuyos canales son principalmente digitales y mejorar la recaudación fiscal”.
Lo contradictorio
Los beneficios de fomentar modelos de negocios con la factura electrónica se ven bloqueados con el reciente anuncio del ministro de Hacienda de crear un impuesto al comercio electrónico.
“Un impuesto adicional para las transacciones que se realizan a través del comercio electrónico resultaría contraproducente porque se tornaría en un desincentivo para los comerciantes y muchos emprendedores que utilizan de esta herramienta y que aumentó a raíz de la pandemia o por eliminación de sus puestos de trabajo y segundo, porque se trataría de un impuesto adicional a los que normalmente se cobran por una transacción común”, señaló la experta.
Para Granillo hablar de un impuesto al comercio electrónico solo desincentiva a los consumidores en el peor momento, ya que ahora es cuando más se necesita utilizar las herramientas digitales y crecer en el camino tecnológico.