La pandemia desencadenó la mayor crisis que han experimentado los mercados laborales de América Latina y el Caribe desde 1950.
Por EFE
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) inauguró este martes el Tercer Seminario Regional de Desarrollo Social en colaboración con diversas instituciones, instancia que contó con autoridades internacionales y especialistas que coincidieron en el papel fundamental de la inclusión laboral como «factor crítico» para reducir la desigualdad y la informalidad en América Latina y el Caribe, según informó el organismo.
“Para la Cepal, la inclusión laboral es un objetivo del desarrollo social inclusivo que busca que todos los integrantes de la fuerza laboral puedan acceder a trabajos decentes que aseguren niveles adecuados de remuneración y cobertura en protección social”, afirmó el secretario ejecutivo de la Cepal, José Manuel Salazar-Xirinachs.
«Mujeres, jóvenes, personas con discapacidad, en situación de pobreza, afrodescendientes, Pueblos Indígenas y otras poblaciones que se encuentran en la intersección de los ejes estructurantes de la matriz de la desigualdad social enfrentan mayores obstáculos y barreras de inclusión laboral», enfatizó el funcionario.
La inclusión laboral, enfatizó Salazar-Xirinachs, es un «componente esencial» para enfrentar la desafiante situación laboral y social en la región.
“En este sentido, no será posible crear un mejor futuro del trabajo sin crear un mejor futuro de la producción, y viceversa. Son dos caras de la misma moneda”, apuntó.
Por su parte, el director general de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Gibert Houngbo, remarcó la necesidad de políticas que al mediano y largo plazo «promuevan la diversificación económica, la mejora de la educación formal, el desarrollo de habilidades, la correspondencia entre la oferta y demanda de empleo y la anticipación para mejorar la empleabilidad y la productividad de los trabajadores. Además, las medidas de protección social sostenibles y las instituciones laborales sólidas son cruciales para crear un campo de juego seguro y justo”.
En esa línea, desde la OIT se reafirmó el compromiso de trabajar de forma colaborativa con la CEPAL, subrayando la necesidad de tomar acciones en esta materia a distintos niveles en todos los estados de la región latinoamericana y caribeña.
La pandemia desencadenó la mayor crisis que han experimentado los mercados laborales de América Latina y el Caribe desde 1950, subrayó la Cepal. En 2020, durante la pandemia, la creación de empleo cayó 8,2 %, siendo la única caída registrada en los últimos 70 años. Entre 2014 y 2023, la tasa de crecimiento del número de ocupados será de 1,26 %, en comparación con un 3,2 % en la década perdida de 1980.
Entre 2002-2014, el mercado laboral fue clave para reducir la pobreza y la desigualdad, entre otros factores, debido a procesos de formalización, indica la comisión regional de las Naciones Unidas. A partir de 2015, esta tendencia cambió y se deterioró sustantivamente con la pandemia, donde se evidencia una profundización de las desigualdades.
De acuerdo con datos de la Cepal, en 2022, 81,7 millones de personas entre 15 y 59 años (28 %), de 9 países de la región, se encontraban fuera del mercado laboral. De ese total, 57,1 millones eran mujeres (70 %).