La comunidad internacional ha reconocido el potencial extraordinario de la tecnología blockchain para el impacto en inclusión.
Por Blanca Karina Sandoval Bueno
La tecnología blockchain tiene un potencial extraordinario para impacto en inclusión, toda vez que permite el acceso a servicios financieros y no financieros, dotar de identidad digital y asegurar la propiedad de sus datos a poblaciones vulnerables y excluidas del sistema formal.
En América Latina y el Caribe, más del 40% de personas no tienen acceso a servicios financieros, existe una desigualdad de acceso a una educación de calidad del 50% y preexiste a su vez un acceso desigual a salarios equitativos. Ello sin contar que existen fallos de mercado y un acceso a información asimétrica que se traduce en un sobrecargo del 40% en las tasas de interés de financiación para productores en población vulnerable, que además son pagados en un 30% por debajo del precio de mercado por sus producto.
Hoy en día, la tecnología blockchain está cobrando gran relevancia en la región de América Latina y el Caribe gracias a su asociación con bitcoin y las criptomonedas. Ejemplo de ello, es lo ocurrido el 7 de septiembre del año en curso en El Salvador, con la entrada en vigor de la Ley Bitcoin, donde se aceptó la criptomoneda como moneda legal. Sin embargo, la utilización de la tecnología blockchain va más allá de las criptomonedas y tiene un gran potencial para fungir como herramienta de impacto en la inclusión de poblaciones vulnerables.
Un ejemplo concreto es el que nos brinda Atix Labs, especialistas en la construcción de productos digitales que ha desarrollado el proyecto DIDI, el cual se propone construir una identidad digital que certifique y valide datos sociales, cívicos y económicos, a través de la emisión de credenciales verificables, a partir de información verificada por terceros (instituciones o individuos).
A través de una app móvil, DIDI permite generar una identidad digital y un pasaporte digital descentralizado, verificable, portable, seguro y privado; así como la generación de un perfil crediticio certificado por distintas instituciones para facilitar el acceso al sistema financiero alternativo para sectores que no pueden acceder al sistema tradicional. Este proyecto ya cuenta con casos de uso tales como el Programa Semillas, cuyo piloto ha sido realizado en el Barrio Padre Mujica en Argentina, con 500 vecinos, permitiéndoles generar un historial crediticio no bancarizado, a la vez que generan evidencia de buenos pagadores y buenos vecinos, habilitando el acceso a servicios al demostrar historial de comportamiento.
Actualmente, así como este hay muchos otros proyectos que muestran que la tecnología blockchain está teniendo un impacto transformador y en inclusión en la región de América Latina y el Caribe. Nos encontramos ante un momento clave, debido al proceso de transformación digital en el que están involucrados muchos países.
Organismos regionales y multilaterales como el Banco Interamericano de Desarrollo, a través de su Laboratorio de Innovación (BID Lab), han reconocido el potencial extraordinario de la tecnología blockchain para dar acceso a servicios financieros y no financieros, dotar de identidad digital y asegurar la propiedad de sus datos a poblaciones vulnerables y excluidas del sistema formal.
En este sentido, como parte del mandato de habilitar espacios digitales para mejorar el desarrollo y competitividad de las organizaciones de la región, el BID Lab lidera la Alianza Global LACChain, la cual busca que los beneficios de la tecnología blockchain lleguen a las poblaciones más desatendidas de toda la región.
El proyecto DIDI, al igual que muchas otras soluciones, han sido desplegadas sobre las redes de LACChain, con la esperanza de materializar un espacio común para la región, interoperable y abierto, que consiga que blockchain sea accesible para todas las personas y garantizar un futuro más próspero e inclusivo en América Latina y el Caribe.
LACChain ha promovido un ecosistema de actores de todo tipo, líderes en la industria, startups, gobiernos, otras organizaciones multilaterales y expertos, con el propósito de establecer un nuevo entorno digital para la sociedad de América Latina y el Caribe, buscando favorecer la inclusión social de los ciudadanos más desfavorecidos, a través del
internet inteligente para la inclusión.
Desde la emisión de identidades para poblaciones informales, la certificación de procesos de agricultura, hasta la posibilidad de registrar sus propiedades a las comunidades excluidas, el poder del uso de blockchain ha demostrado su potencial de impactar positivamente en la conectividad y la transferencia del valor entre las personas,entidades, universidades y gobiernos, reduciendo costos y abriendo nuevas oportunidades de desarrollo .