Con estos resultados, el país se posiciona como una de las cinco mejores economías de América Latina y el Caribe.
Por La Estrella
El Banco Mundial (BM) estima que el crecimiento económico de Panamá estará en un 6,3% para este 2022.
Las predicciones se desprenden de su último informe actualizado sobre Perspectivas económicas mundiales 2022, publicado este martes.
En el informe, el BM posiciona a Panamá como una de las cinco economías con mejores previsiones en América Latina y el Caribe, solo superado por:
- Guyana 47,9
- Barbados 11,2
- Dominica 6,8
- Santa Lucía 6,4
- Panamá 6,3
El Banco Mundial mantiene una perspectiva en que la economía de Centroamérica se expanda en un 3,9 % en 2022 y un 3,5 % en 2023, que esta muy relacionada a la desaceleración moderada que registra la actividad en Estados Unidos, la fuente principal de demanda de exportaciones y remesas.
Proyecta que el crecimiento en el Caribe estará en un 6,9 % en 2022 y un 6,5 % en 2023, favorecido por la recuperación del turismo.
A nivel regional, manifestó que el crecimiento se desacelerará marcadamente hasta llegar al 2,5 % en 2022, luego de un repunte posterior a la pandemia del 6,7 % en 2021. No obstante, advirtió que el crecimiento se desacelerará aún más en 2023, a solo un 1,9 %, antes de repuntar ligeramente a un 2,4 % en 2024.
Lo antes expuesto, según el BM, se debe a que “la desaceleración regional refleja el endurecimiento de la situación financiera, el debilitamiento del crecimiento de la demanda externa, la rápida inflación y la gran incertidumbre en materia de políticas en algunos países, por lo espera que el producto interno bruto per cápita de toda la región aumente solo un 0,6 % entre 2019 y 2023”.
El informe detalló también que los precios de las principales exportaciones de América Latina y el Caribe serán sustancialmente más altos en 2022, pero los beneficios para el crecimiento se verán limitados por una respuesta lenta de la producción de algunos productos básicos y por el aumento de los costos de los insumos, incluidos la energía y los fertilizantes.
El BM adelantó que las políticas fiscales y monetarias se basarán ampliamente en el crecimiento a corto plazo, a medida que las autoridades monetarias restringen las políticas para combatir la inflación y continúa la retirada del apoyo fiscal relacionado con la pandemia.
También vaticina que el panorama presenta riesgos adversos. Entre ellos se incluyen los efectos indirectos en la región debido a la atenuación del crecimiento mundial, una mayor inseguridad alimentaria y malestar social, una inflación superior a la prevista y tensiones financieras constantes.