Por EFE
Las aerolíneas de bajo coste JetBlue y Spirit señalaron este martes que la planeada fusión entre ambas compañías «impulsa la competitividad» del sector en EEUU, país en el que, aseguraron, el 80 % del mercado está controlado por cuatro firmas.
En un comunicado conjunto, ambas aerolíneas manifestaron que planean seguir adelante con el proceso de fusión, el cual generará una oferta «convincente» y favorecerá la competencia a nivel nacional, donde son líderes American Airlines, Delta Air Lines, United Airlines y Southwest Airlines, llamadas las Cuatro Grandes.
El pronunciamiento de las firmas se dio horas después de que el Departamento de Justicia de EEUU anunciara una demanda antimonopolio para tratar de bloquear la compra de Spirit por parte de JetBlue en 3.800 millones de dólares.
El Gobierno del demócrata Joe Biden considera que la compra de la aerolínea de bajo coste tendría un impacto negativo sobre los viajeros, que verían reducida su oferta de vuelos al tiempo que aumentaría el precio de los billetes.
«Creemos que el DOJ (Departamento de Justicia) se equivocó aquí con la ley y no entiende que esta fusión creará un competidor nacional de tarifas bajas y alta calidad», señaló en el comunicado el director ejecutivo de JetBlue, Robin Hayes.
«Juntos, tenemos la intención de democratizar los vuelos para los viajeros de todo el país, un objetivo que creemos que merece el apoyo del Gobierno», dijo por su parte Ted Christie, director ejecutivo de Spirit, cuya sede corporativa está en Miramar (Florida).
JetBlue manifestó que a corto plazo «no habrá cambios en la capacidad» de asientos y que una vez se acondicionen los aviones de Spirit como resultado de un proceso de modernización habrá mas vuelos disponibles y asientos a precios competitivos.
Las firmas mostraron además su satisfacción por los avances en un acuerdo con el estado de Florida «que respalda la fusión entre JetBlue y Spirit», y cuyo texto «asegura que la fusión generará nuevos empleos en Florida a medida que JetBlue agregue sus vuelos de bajo costo en aeropuertos de todo el estado».
Gracias a la fusión, señalaron, aumentará la capacidad de asientos en al menos un 50 %, tanto en Fort Lauderdale como en Orlando, y se verá un incremento considerable en el resto de aeropuertos de Florida en los que actualmente operan ambas líneas aéreas.
«Estos compromisos traerán cientos de nuevos vuelos diarios a Florida, frecuencias adicionales en más de 35 mercados y servicio a casi 50 rutas nuevas que actualmente no son atendidas por JetBlue o Spirit», agregó el comunicado.
Tras la fusión, JetBlue, con sede en Nueva York, generará al menos 1.000 nuevos puestos de trabajo en el sur de la Florida, 500 empleos en la región de Orlando y otras 500 contrataciones para respaldar las operaciones ampliadas de JetBlue en los aeropuertos de toda la Florida.
Hayes agradeció la voluntad de la fiscal general de Florida, Ashley Moody, de «reconocer la oportunidad para los consumidores» de este estado, y lamentó que «el gobierno federal y otros estados quieran bloquear los beneficios de esta fusión, incluido el crecimiento significativo del empleo y la mayor cantidad de vuelos asequibles».
Tras anunciar la demanda, el fiscal general estadounidense, Merrick Garland, recordó que en su momento la propia junta de Spirit dijo a sus accionistas que el plan de JetBlue para reconfigurar los vuelos resultarían en «una disminución de la capacidad y aumentaría los precios para los consumidores».
El fiscal general defendió que la fusión se produciría «con el telón de fondo de una industria de la aviación que ya está muy concentrada».
La compra de Spirit por JetBlue convertiría a esta última en la quinta aerolínea del país.