Empresas que inspiran en la región. Edición Octubre 2024
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Panamá ante el desafío demográfico: Longevidad y productividad como claves para el crecimiento económico

Ene 30, 2025 | Noticias de Hoy

Daniel Rosales

Aunque se proyecta un crecimiento poblacional del 32% para 2100 en un escenario base, Panamá enfrenta un envejecimiento acelerado.

Por Revista Summa

La disminución de las tasas de fertilidad y el envejecimiento de la fuerza laboral podrían plantear desafíos significativos para las economías a nivel global, representando riesgos para el crecimiento, los mercados laborales, el consumo y las finanzas públicas. Con dos tercios de la humanidad viviendo en países con tasas de fertilidad por debajo del nivel de reemplazo de 2.1 hijos por familia, los cambios en la estructura poblacional, que antes eran de interés solo para demógrafos y actuarios, se han convertido en una preocupación global.

Un nuevo informe del McKinsey Global Institute, “¿Dependencia y despoblación? Enfrentando las consecuencias de una nueva realidad demográfica”, destaca que el declive de las tasas de natalidad es severo, de largo alcance y afectará tanto a las economías emergentes como a las avanzadas. A menos que se actúe ahora, las olas demográficas venideras no sólo impactarán el crecimiento del PIB, sino también los mercados laborales, los sistemas de pensiones, la transferencia de riqueza y el mapa de consumo, alterando fundamentalmente el funcionamiento de las sociedades.

“Nuestros sistemas económicos, diseñados para funcionar con poblaciones en edad laboral en crecimiento, están en un punto de inflexión. En las economías avanzadas y en China, lo que llamamos la primera ola, el crecimiento del PIB per cápita podría desacelerarse hasta en un 0.8 % anual en algunos países durante el próximo cuarto de siglo, a menos que el crecimiento de la productividad se cuadruplique o las horas trabajadas por persona aumenten en hasta cinco horas adicionales por semana”, señala Chris Bradley, socio sénior de McKinsey y director del McKinsey Global Institute.

Panamá refleja estos desafíos. Aunque se proyecta un crecimiento poblacional del 32% para 2100 en un escenario base (26% en un escenario sin migración), el país enfrenta un envejecimiento acelerado. La relación de soporte —el número de personas en edad laboral por cada persona mayor de 65 años— disminuirá significativamente para 2050, reflejando un cambio demográfico crítico. Este envejecimiento reducirá la contribución del cambio en la estructura etaria al crecimiento del PIB per cápita, que pasará de sumar 0.3 puntos porcentuales anuales entre 1997 y 2023 a no tener ningún impacto neto en el período 2023-2050.

Entre 1997 y 2023, la productividad fue el principal motor del crecimiento del PIB per cápita de Panamá, aportando 2.9 puntos porcentuales anuales, mientras que la intensidad laboral contribuyó con 0.1 puntos. Sin embargo, el envejecimiento poblacional ejercerá presión a la baja sobre estos factores, y será fundamental apostar por estrategias que fortalezcan la productividad y la participación laboral.

Para mantener el crecimiento y los estándares de vida, los países necesitarán una combinación de más trabajadores durante más tiempo, mayor productividad y un crecimiento en las poblaciones jóvenes. “Depender de solo uno o dos de estos factores será insuficiente. Incrementar las tasas de fertilidad también es crucial, pero su impacto se sentirá más adelante en el siglo, ya que los recién nacidos de hoy tardarán tiempo en entrar a la fuerza laboral”, añade Bradley.

A medida que las tasas de natalidad disminuyen a nivel mundial, el número de personas en edad laboral por persona mayor caerá en todas partes. En 1997, la relación de soporte global era de 9.4 —más de nueve personas en edad laboral por cada adulto mayor. Hoy, esta relación es de 6.5 y para 2050 se espera que caiga a 3.9. Las regiones avanzadas como Europa Occidental y Asia Avanzada enfrentarán ratios por debajo de 2.0, mientras que las economías emergentes, como las de América Latina, incluido Panamá, enfrentarán desafíos similares a mediados de siglo.

“Una segunda ola demográfica acaba de llegar a las economías emergentes como Asia Emergente, India, América Latina y Oriente Medio y el Norte de África”, dice Anu Madgavkar, socia del McKinsey Global Institute. “Estas regiones necesitan hacerse ricas antes de envejecer. Por ejemplo, India tiene solo 33 años antes de alcanzar la misma relación de soporte que las economías de la primera ola de hoy, pero su PIB per cápita actual es solo el 20 % de lo que se considera de ingresos altos”.

Para Panamá, esto significa priorizar reformas estructurales. Programas de cuidado infantil y de adultos mayores podrían aumentar la participación laboral, mientras que estrategias de migración dirigidas podrían atraer trabajadores calificados para cubrir brechas laborales. Las empresas también necesitarán adaptarse, comprometiéndose con consumidores mayores y gestionando de manera creativa una fuerza laboral envejecida, mientras que los responsables de políticas se centran en innovaciones en pensiones, planificación urbana y salud pública para apoyar una longevidad saludable.

Incluso mientras las sociedades entienden las implicaciones a largo plazo de los cambios demográficos, las soluciones a corto plazo siguen siendo viables. Un esfuerzo coordinado para aumentar la productividad y fomentar la inclusión podría mitigar los riesgos económicos que plantean estos cambios demográficos.

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