El banco First Republic sufrió además una fuerte caída de su facturación y de sus beneficios.
Por EFE
Las acciones de First Republic Bank, uno de los más afectados por la reciente crisis bancaria, se hundieron este viernes en Wall Street: a las 12.21 hora local (16.21 GMT) las acciones caían un 40 %.
El Wall Street Journal recuerda que en lo que va de año las acciones han caído más de un 97 %.
Esta caída se atribuye a que cada vez hay menos esperanzas de un acuerdo de rescate que pudiera mantener el banco a flote, según CNBC.
Las fuentes consultadas por CNBC señalaron que lo más probable es que la Corporación Federal de Seguros de Depósitos declare al banco en quiebra.
El banco, que fue rescatado por otras entidades con una inyección conjunta de 30.000 millones de dólares (27.160 millones de euros al cambio actual), presentó sus cuentas trimestrales el lunes, tras el cierre bursátil.
Los resultados mostraron el duro impacto que sufrió por ese pánico bancario, que le llevó a perder más del 40 % del dinero que tenía depositado, hasta quedarse en 104.500 millones de dólares.
Esa cifra incluye además los 30.000 millones de dólares aportados por la gran banca estadounidense, sin los cuales la caída habría sido aún mayor, de cerca de 100.000 millones de dólares en total.
El banco First Republic sufrió además una fuerte caída de su facturación y de sus beneficios y, aunque el banco asegura que la situación está estabilizada, el panorama de cara al futuro es complejo por los grandes préstamos que tuvo que solicitar para hacer frente a la salida de depósitos.
La Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos hizo autocrítica este viernes en su gestión de la reciente crisis bancaria al admitir su insuficiente supervisión del Silicon Valley, y aunque recalcó que la dirección de este banco «falló al gestionar los riesgos» que corría, reconoció también su culpa por no apreciar la amplitud de las vulnerabilidades de la entidad.
Son dos de las conclusiones del informe sobre la caída de Silicon Valley Bank que la Fed ha hecho público este viernes, en el que reconoce que los supervisores no dieron «los pasos suficientes» para asegurarse de que el banco solucionara rápidamente sus problemas cuando los detectó.