Mejorar la red de caminos rurales es fundamental para la conectividad del territorio.
Por Revista Summa
El Banco (BID) aprobó un crédito de US$100 millones para mejorar la conectividad y calidad del servicio de vías rurales en El Salvador. Las mejoras en infraestructura, se realizarán en caminos no pavimentados, para impulsar la productividad, la competitividad y la accesibilidad social del país centroamericano.
La cobertura y calidad en la infraestructura de caminos rurales beneficiará a poblaciones vulnerables, generalmente excluidas por estar en localidades remotas y de difícil acceso. Se estima que estas mejoras beneficien de manera directa a cerca de 40.000 habitantes y de manera indirecta a casi 900.000 ciudadanos que transitan regularmente por estos caminos. Adicionalmente, se estiman beneficios en reducción de tiempos y costos para acceder a nuevos mercados laborales, aumentar ingresos y mejorar opciones de salir de la pobreza.
El Salvador es el país menos extenso y más densamente poblado de Centroamérica. Con una población estimada de 6,3 millones de habitantes al 2021, la población rural representa cerca del 38%. Las principales actividades económicas a nivel rural comprenden la agricultura, el comercio y hotelería, la industria manufacturera y la construcción.
Mejorar la red de caminos rurales es fundamental para la conectividad del territorio, así como para potenciar sus actividades económicas, promover el turismo, fortalecer cadenas logísticas agroindustriales y proveer acceso a empleos y servicios.
Estas vías movilizan la producción agrícola hasta centros de acopio o transformación. También brindan conectividad con las redes viales principales, lo que contribuirá en la cadena de exportación de productos a mercados de Estados Unidos y Centroamérica, al mejorar la conectividad con las fronteras terrestres, aeropuertos y puertos.
El préstamo se alinea con la estrategia de transformación productiva e institucional rural de la nación, que apunta, a través de las mejoras en la red vial no pavimentada, a fortalecer la agricultura y el turismo con acciones que garanticen la seguridad alimentaria, la rentabilidad del sector cafetalero y el impulso del turismo como motor en la economía.
El crédito tendrá un período de desembolso de cinco años, con un plazo de amortización de 25 años, un período de gracia de 5 años y medio y una tasa de interés basada en SOFR.