Boieng ya había informado de pérdidas superiores a los 1.000 millones de dólares en el contrato de un nuevo Air Force One.
Por EFE
El fabricante aeronáutico estadounidense Boeing anunció este miércoles que en los nueve primeros meses de este año ha perdido 4.390 millones de dólares, frente a las pérdidas de 126 millones que registró en el mismo periodo de 2021, y que achacó a las pérdidas en su negocio de defensa.
Entre enero y septiembre, la compañía con sede en Chicago, facturó 46.628 millones de dólares, un 2 % menos interanual.
«Si bien nuestra facturación fue sólida, nuestros ingresos y ganancias se vieron significativamente afectados por las pérdidas en los programas de desarrollo de precio fijo en nuestro negocio de defensa», escribió el principal ejecutivo de la empresa, David Calhoun, en un comunicado.
Asimismo, Calhoun precisó que las principales razones que impulsaron estas pérdidas fueron los «mayores costos estimados de fabricación y de la cadena de suministro, así como desafíos técnicos».
«Estamos totalmente enfocados en madurar estos programas, mitigar los riesgos y cumplir con nuestros clientes y sus importantes misiones», agregó.
Boieng ya había informado de pérdidas superiores a los 1.000 millones de dólares en el contrato de un nuevo Air Force One, el avión que emplea el presidente de Estados Unidos, y que fue negociado durante la presidencia de Donald Trump.
En el tercer trimestre de 2022, en el que más se fijaban hoy los inversores de Wall Street, la compañía tuvo unas pérdidas de 3.308 millones de dólares, 3.176 millones de pérdidas más que en entre julio y septiembre del año pasado, aunque sus ingresos aumentaron un 4 %, hasta los 15.956 millones.
«Seguimos en un entorno desafiante y tenemos más trabajo por delante para asegurarnos de que cumplimos constantemente con nuestros compromisos y restablecemos la fortaleza de nuestra empresa», dijo el máximo responsable ejecutivo.
No obstante, declaró que la empresa continua «logrando avances importantes» es su esfuerzo de recuperación a medida que impulsa la estabilidad y se enfoca en el rendimiento.
Calhoun también apuntó al contexto general económico y a los problemas con la cadena de suministro, la inflación y los «desafíos laborales y macroeconómicos».
En el lado positivo, también quiso destacar que el flujo de caja libre generado entre julio y septiembre ascendió a 2.900 millones de dólares.
El gigante de la aeronáutica, que sufrió una crisis como consecuencia de los problemas técnicos en el diseño de los aviones 737-MAX que causaron dos accidentes mortales y, posteriormente, por defectos en su modelo 787 Dreamliner, insistió hoy en que su producción se «está reduciendo cuando es necesario» y en que «están trabajando duro para asegurar que el trabajo se completa en secuencia».
En este sentido, la compañía recordó que este trimestre comenzó a entregar modelos 787 tras un «proceso riguroso y completo».
En el sector Defensa, Espacio y Seguridad, la compañía registró unas pérdidas entre julio y septiembre de 2.798 millones de dólares, frente a los 436 millones de beneficio en el mismo periodo del año pasado.
Las pérdidas entre julio y septiembre suponen un 75 % de las pérdidas que esta área registró en los primeros nueve meses del año.
En el área de aviación comercial, Boeing registró en el tercer trimestre unas pérdidas de 643 millones de dólares, frente a los 693 millones que perdió en el mismo periodo de 2021, mientras que facturó 6.263 millones, un 40 % más interanual.
El área de servicios globales fue la única que registró beneficios, en concreto 733 millones de dólares, un 14 % más que en el mismo periodo de 2021.
Tras conocerse los resultados de la compañía, sus acciones bajaban un 1,47 % en las operaciones electrónicas anteriores a la apertura de Wall Street.