Las micro, pequeñas y medianas empresas de Latinoamérica generan el 98% del tejido productivo y el 60% del empleo formal.
Por Revista Summa
Representantes del Centro Latinoamericano de Innovación y Emprendimiento (CELIEM), el Instituto Centroamericano de Administración Pública (ICAP) y el Colegio de la Frontera Norte de México (COLEF), realizaron el III Congreso Mipyme LATAM con el propósito de visibilizar la ruta de acción que deben seguir en materia de sostenibilidad, economía verde y cooperación para el desarrollo las autoridades gubernamentales, actores del sector y empresarios regionales vinculados a las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes), dejando en evidencia la gran necesidad de transformar los modelos productivos actuales para alcanzar la sostenibilidad y el crecimiento productivo de dicho sector.
Este espacio que se desarrolló en la Escuela de Gobierno y Transformación Pública del Tecnológico de Monterrey, México; no solo reunió a empresarios mipymes, sino también a representantes gubernamentales de la región vinculados al sector, así como a expertos y actores del ecosistema emprendedor.
“Nos sentimos profundamente satisfechos que por tercer año abracemos el espacio de reflexión, análisis y encuentro de ecosistemas mipymes de la región latinoamericana. Con más de 300 personas inscritas de 24 países, y la alianza estratégica de organizaciones claves en el sistema latinoamericano, nos lleva a profundizar en los grandes desafíos que tenemos para lograr que la micro, pequeña y mediana empresa sea vista como esas importantes unidades productivas que son esenciales en la construcción de sociedades sostenibles, en donde además reafírmenos el planteamiento de que para que una “empresa sea sostenible, tiene que ser económicamente viable, ser socialmente beneficiosa y ser ambientalmente responsable”, expresó Luis Álvarez Soto, Director Ejecutivo de CELIEM.
Cabe destacar que las mipymes representan 98% del tejido productivo, generan el 60% del empleo formal y aportan con el 28% del Producto Interno Bruto convirtiéndose en un pilar estratégico de la economía que demanda fortalecer su potencial tanto a nivel productivo como medioambiental, social y económico. Al respecto, Araceli Almaraz, investigadora del COLEF, acotó que resulta paradójico que el peso de las mipymes se desdibuje, “es paradójico que frente a este potencial no estemos fortaleciendo sus capacidades. Preocupa la intermitencia de las políticas para estas empresas”.
Osvaldo De La Guardia, director ejecutivo del ICAP, mencionó la importancia de generar un espacio múltiple de acercamiento para debatir con expertos internacionales sobre los temas de economía verde, desarrollo económico y sostenibilidad para así contribuir a la generación de conocimiento y tendencias para generar impacto positivo en las mipymes. Además, buscan reactivar la economía de la región mediante el fortalecimiento directo de las mipymes promoviendo la calidad de la vida.
Por su parte, Carlos Brambila, director de la Escuela de Gobierno y Transformación Pública del TEC de Monterrey; explicó que el problema de las mipymes es que están dispersas, y no logran encontrar mayor impacto; por lo que uniendo todos estos actores es posible mostrar el impacto económico de estas empresas en cada país, las cuales son pilares económicos y de empleo. Es cierto que muchas aún no tienen una vida prolongada, pero muchas logran ser ese pilar estratégico en la economía, por ende, transformar sus modelos es un aspecto clave.
Para Esteban Campero, de la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB), trabajar en la sostenibilidad es la parte más importante de las empresas y debe contribuir con las generaciones, además resalta la importancia de esta labor porque a nivel de negocios, la sostenibilidad es la puerta de entrada para mercados internacionales. “Nos esforzamos para que América Latina cumpla con las normas ESG, ya que en los mercados de Europa se habla de la doble transformación (digital y sostenible); además se debe recordar que los Objetivos de Desarrollo Sostenible son el mapa que seguir para las empresas”.
Transformar políticas y el parque empresarial
Álvarez enfatizó que al analizar las cifras de impacto económico que generan estas empresas en la región y el gran peso en la generación de empleos que representan es apremiante lograr insertarlas en los retos de innovación, reputación y cambio climático. “Hoy tenemos el reto de que nuestras políticas públicas y programas para las micro, pequeñas y medianas empresas sean transformados; nos damos cuenta de que, sin importar el tamaño y sector, tenemos desafíos para acompañarlas y crear modelos de negocios verdes que puedan compaginar esa dimensión social, medioambiental y económica que impacten el desarrollo de las unidades productivas. Tenemos el reto de transformar las unidades productivas para conseguir no solo la sostenibilidad ambiental, sino también financiera, de empleo, innovación, reputación, ética, responsabilidad y en la participación en grupos de interés”.
Un aspecto relevante revelado en el monitor de Sostenibilidad y economía verde elaborado por CELIEM, lo constituyó que las empresas saben que la sostenibilidad es importante y favorable, pero solo un 30% aplica estas prácticas. La sensibilidad de estos conceptos puede reducir brechas. Al intervenir los modelos de negocios se puede incrementar el nivel productivo aumenta el crecimiento de los negocios. La sostenibilidad no debe verse como un segmento aparte sino como una transversal para repensar el parque empresarial en nuestros países mediante la construcción de talento y nuevas alternativas.
De acuerdo con Álvarez, es necesario repensar los instrumentos según la etapa de la evolución de la empresa. En el perfilado de políticas públicas se debe hacer un ajuste a la condición de las empresas, y no solo al tamaño, y eso debe aplicar también en el proceso de acompañamiento.
Transformar el mundo
Uno de los expertos que mayor incidió en este espacio fue Manuel Maqueda, profesor de Programas Especiales en Economía Circular Aplicada de la Universidad de Harvard; quien abordó la importancia de la economía circular y destacó que no se trata de crear cosas nuevas, sino de pensar de manera distinta. El sector productivo solo mantiene el 8.4% de los materiales que utiliza, es decir, el resto los descarta. “La economía circular no está en el reciclaje, sino en la economía de valor, por lo cual, debemos replantar e innovar lo que hacemos. Es necesario recordar que a los seres humanos nos cuesta innovar, somo buenos en mejorar lo que tenemos, pero es complicado innovar”.
Maqueda resaltó que el tiempo para las empresas es ahora con herramientas exponenciales como el tiempo y la naturaleza. La transformación que ha habido en el mundo me lo han transformado y deben transformar poblaciones, transformar economías y el mundo.
Los organizadores de este espacio reiteraron la importancia de continuar investigando y mostrando los alcances que estos temas estratégicos poseen para los países latinoamericanos, así como promoviendo el impulso de estas oportunidades ante los diferentes actores vinculados a las mipymes.