El 88% de quienes fueron víctima de fraude con sus tarjetas, presentó la denuncia ante el OIJ.
Por Revista Summa
Las tarjetas de crédito o débito, como medios de pago, se han convertido en un facilitador para las transacciones comerciales en beneficio del consumidor, así como de los comercios. No obstante, no escapa de ser un elemento atractivo para una industria criminal, quienes emplean constantes y novedosos métodos con el objetivo de estafar a las personas.
Con base en el Estudio de Tarjetas de Pago de la Oficina del Consumidor Financiero (OCF), se determinó que el 50% de las personas consultadas ha sido víctima de fraude con sus tarjetas de crédito o débito, o al menos les han hecho el intento. La investigación se realizó entre la última semana de febrero y la primera del mes de marzo a 1406 hombres y mujeres, residentes de zona urbana y rural de todo el país, y tiene un margen de error de 2,8%.
“La tercera entrega de resultados del estudio elaborado por la OCF, expone la experiencia que han tenido las personas que poseen tarjetas de crédito y débito, respecto a las actividades delictivas como lo son los fraudes; al mismo tiempo, trató de identificar si procedieron a presentar la denuncia respectiva, su percepción de ese proceso y por último, la calificación que le dan al uso del PIN, como elemento de seguridad a la hora de realizar un pago. Los resultados reflejan, en general, que el mercado de las tarjetas sigue siendo un atractivo para el hampa”, explicó Danilo Montero, director general de la OCF.
La encuesta preguntó a los participantes si alguna vez había sufrido algún intento de fraude con sus tarjetas de débito y crédito, o bien si este hecho se consumó. Asimismo, también consultó si conocían si algún familiar también hubiese sido víctima o vivió un intento de fraude.
De acuerdo con los datos, el 31% señaló que fue objeto de intento de fraude con su tarjeta de crédito o débito, mientras que el 19% sí terminó siendo víctima de fraude con sus tarjetas. En tanto, las cifras crecen cuando respondieron si un familiar había sido víctima, ya que el 39% afirmó que un familiar vivió un intento de fraude, y al 32% se llegó a materializar el fraude a sus tarjetas.
Un resultado relevante es que las personas con grado académico universitario, son quienes mostraron los niveles más altos de fraudes (35%), o intento de fraude con sus tarjetas (21%).
Del total de personas quienes sí sufrieron este delito de fraude con sus tarjetas, el 88% denunció el hecho ante el Organismo de Investigación Judicial (OIJ). En tanto, el 32% de las personas afectadas con el fraude en sus tarjetas, quedaron muy satisfechas con el servicio recibido por parte de la entidad financiera, aunque este sentimiento se reduce de forma considerable cuando la tarjeta es emitida por un banco público.
Uso del PIN
El Estudio de Tarjetas de Pago consultó de igual manera la percepción de las personas respecto a la implementación del PIN, como un elemento de seguridad a la hora de realizar compras mayores a ₡30.000. A las personas se les consultó en concreto si estaban de acuerdo o en desacuerdo con esta medida.
Del total de las personas consultadas, el 55% está en desacuerdo con esta medida. La respuesta negativa del uso del PIN predomina en hombres, personas de 45 años o más, y entre quienes tienen educación secundaria incompleta o menos.
En general, las personas se sienten más seguras con el uso del datáfono y el documento de identidad. El 35% indicó que les basta con que les acerquen el datáfono sin tener que digitar el PIN, el 31% ven con buenos ojos que les soliciten el documento de identidad, y solo el 20% están de acuerdo con el uso del PIN. El 9% prefiere utilizar un dispositivo móvil para pagar como el celular o el reloj, mientras que solo el 1% prefiere cancelar en efectivo.
Por último, el 63% de las personas que sufrió intento de fraude o el fraude mismo, está en desacuerdo con el PIN.