Como parte de su iniciativa de trabajar en pro de la conservación de la vida marina de nuestro país, el hotel apostó por un proyecto en el que la protección de este ecosistema se fusiona con el arte.
Por Revista Summa
El Hotel Punta Leona inauguró la etapa inicial del primer museo submarino del país y Centroamérica, como parte del proyecto de conservación de arrecifes rocosos que inició en el 2020 con la colocación de 30 “reefball” o estructuras de tipo campana.
Situadas a sólo 50 metros de la costa, frente a la terraza de Playa Blanca, a una profundidad de 2 metros en marea baja y unos 5 en marea alta, se encuentran las primeras tres esculturas que pueden ser exploradas por buzos y aficionados al snorkeling.
Se trata de tres figuras: un Cacique Garabito, una tortuga Lora y una mantarraya. Cada una de las esculturas pesan más de una tonelada y miden aproximadamente 3 metros de longitud. El proyecto, evidentemente, no sólo funciona como una novedosa experiencia de buceo, sino que también crea un nuevo hábitat para la vida bajo el mar.
En este caso, se escogió un indio Garabito por tratarse de una de las figuras históricas y culturales más importante del cantón, tanto así que tiene su nombre. En cuanto a la tortuga y la mantarraya es fauna muy característica de la zona.
El escultor Fabio Brenes Morales, vecino de Orotina, fue el artista encargado del proyecto. Don Fabio generalmente esboza su trabajo en la madera y en la piedra, utilizando elementos figurativos de la naturaleza, por lo que desde que Hotel Punta Leona lo contactó para este proyecto, supo que tenía que involucrarse.
Con más de 30 años de experiencia este escultor oriundo de Capellades en Cartago, ha mostrado su talento a nivel mundial en países como Francia, España, Alemania, Suiza, Italia, México y Panamá.
En la mano de obra estuvieron involucrados al 100% estudiantes de la Universidad James Madison de los Estados Unidos, quienes anualmente visitan Punta Leona para desarrollar algún proyecto en particular.
“El museo subacuático es un proyecto único en el país y Centroamérica, por el momento consta de 3 piezas, pero la idea es alcanzar unas 20. En definitiva es una experiencia muy visual, regenerativa y sobre todo viva, pues el arte interactúa con la naturaleza y en conjunto evolucionarán con el tiempo. Queremos que sea un proyecto accesible y estamos seguros que acercará al público al medio marino, a la conservación y la protección de este hábitat”, comentó César Vargas, gerente de Relaciones Corporativas y director de esta iniciativa.