La educación moderna requiere profesionales capacitados para formar competencias. A través de programas de intercambio como Participate Learning, educadores adquieren conocimientos que pueden aplicar en el país tras su retorno.
Por Revista Summa
Los sistemas educativos se enfrentan a vertiginosos cambios sociales, culturales y económicos. Conscientes de que los viejos modelos de enseñanza se están volviendo insuficientes para cubrir las necesidades de formación y habilidades de la niñez y juventud de hoy, el concepto de la educación basada en competencias es una respuesta.
En Costa Rica, la planificación educativa ya plantea ajustes, sin embargo, las metodologías todavía son difusas para
muchos profesionales de la enseñanza.
¿Qué sucede con maestros en otros países?
La experiencia de educadores nacionales que han trabajado fuera de nuestras fronteras puede ayudar a comprender cómo
efectuar una educación basada en competencias.
El programa de intercambio Participate Learning lleva a más de 1000 profesores internacionales cada año para que enseñen en escuelas estadounidenses de forma que el estudiantado adquiera habilidades propias de una educación bilingüe, abierta a experiencias culturales diversas y orientada al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU.
Entre este conjunto de profesionales de la educación hay varios maestros costarricenses. Rebeca Pacheco y Sue
Leiton, son dos ejemplos de maestras costarricenses reclutadas por Participate Learning. Para Rebeca Pacheco, desde todo punto de vista, los modelos de enseñanza han variado para preparar a los estudiantes a enfrentar el trabajo colaborativo, la resolución de problemas y el aprendizaje proactivo, así como a tener una mentalidad de crecimiento, desarrollar su pensamiento crítico y alcanzar un mejor desarrollo socioemocional. A través de su experiencia profesional con Participate Learning, Rebeca señala haber tenido la oportunidad de conocer ampliamente todos estos temas y cómo ponerlos en práctica dentro del salón de clase. “Mi idea es que esto que he aprendido pueda a aplicarlo a mis estudiantes en Costa Rica cuando vuelva al país”, explicó.
Como señala el investigador estadounidense y Profesor de Educación en la Universidad de Illinois en Chicago, James Pellegrino, ya no es suficiente con simplemente desarrollar habilidades y adquirir conocimientos; para alcanzar su máximo potencial, los estudiantes necesitarán aplicar para aprender y transferirlo a nuevos contextos, lo que sin duda requiere un aprendizaje más profundo y aprovechar las habilidades de resolución de problemas, pensamiento crítico y autogestión.
Para Sue Leitón, alcanzar tales resultados en la educación se apoya también en el acceso a recursos. “En las escuelas públicas de acá, todos los estudiantes tienen sus computadoras y pueden solicitar internet a la escuela si no tienen; incluso se puede ver en la exigencia del bilingüismo ya que algunas escuelas públicas incluyen al español en su currículum como
opción educativa”, explicó.
Por su parte, Rebeca Pacheco indicó que hay diferencias marcadas con los métodos de enseñanza entre Costa Rica y Estados Unidos, por ejemplo, en las escuelas norteamericanas se trabaja con intensidad el pensamiento crítico, especialmente en el área de solución de problemas matemáticos. “Acá (EEUU) los estudiantes aprenden estrategias para solucionar los problemas de múltiples formas, entendiendo que no hay sola una forma de llegar la respuesta, y los estudiantes tienen que mostrarnos por escrito cómo llegaron a esa respuesta”, señaló la educadora, quien también afirmó que otra importante diferencia es el trabajo en el aprendizaje socioemocional de los estudiantes, lo cual les ayuda a poder expresar bien sus emociones, algo que fue muy importante en la época de pandemia.
Una constante del programa de Participate Learning es que estimula a los maestros reclutados a actualizarse constantemente, lo cual, es una ventaja de profesionalización que les ayuda a robustecer sus capacidades para enseñar en su país.
Ambas educadoras coincidieron en lo importante que ha sido su capacitación en los Estados Unidos para mejorar profesionalmente, tanto desde el punto de vista de su trabajo en el salón de clases como en cuanto a herramientas y habilidades tecnológicas que reforzaron sus capacidades para afrontar las limitaciones de presencialidad de los
estudiantes durante la pandemia.
Respecto a la aplicación de lo aprendido en los Estados Unidos una vez que retornen a Costa Rica, las educadoras señalaron que la realidad de cada educador es muy distinta, pero que mucho de lo que se pueda aplicar en suelo nacional dependerá de la adaptabilidad al cambio que muestren las instituciones y también de la capacidad del maestro para romper viejos paradigmas de la enseñanza. “Participate Learning te abre las puertas a una nueva visión del proceso de enseñanza-aprendizaje, pero está en uno como docente la decisión de ponerlo en práctica”, señaló Rebeca Pacheco.
Por su parte, Sue Leitón fue clara en que, “si bien dentro de las estructuras institucionales en ocasiones es difícil hacerse escuchar, lo cierto es que en el marco educativo costarricense se intenta implementar cambios por medio del aprendizaje basado en proyectos y el desarrollo de habilidades, entonces creo que venir aquí es una gran ventaja ya que se adquiere experiencia y fundamentos para aplicar lo aprendido en Costa Rica”.
Como explica Ronald Ramírez, Coordinador de Reclutamiento de Participate Learning, las ventajas de este programa con más de 30 años de trayectoria son evidentes y lo mejor de todo es que constantemente se abren procesos de reclutamiento para educadores dispuestos a dar un salto en su formación. Actualmente se están recibiendo aplicaciones para educadores que estén interesados en arrancar al próximo periodo lectivo estadounidense.