La posibilidad de convertir las cenizas en diamante es otra de las opciones que ofrece, gracias a un acuerdo con la filial española de la multinacional suiza Algordanza.
Por EFE
Solicitar un proceso de cremación online de un difunto, con precio único, devolución de las cenizas en 72 horas y con opción de transformarlas en diamantes es la innovadora propuesta de una empresa portuguesa que quiere abrirse a Europa y explorar vías de negocio más ecológicas.
«Queríamos hacer algo simple, a un precio justo y que fuera igual para todo el mundo», explica en una entrevista con Efe Vitor Oliveira, CEO y fundador de CRE-MAR, la primera empresa de cremación online en Portugal y vencedora de la Road 2 de la Web Summit, uno de los eventos tecnológicos más importantes del mundo.
El proceso es «muy rápido» para no prolongar el duelo. Una vez el cliente interesado rellena todos los datos y solicita el servicio a través de la página de web, la empresa se acerca en menos de dos horas para firmar la liberación del cuerpo.
Tras ese paso, trasladan el cuerpo a la cámara frigorífica de uno de los tanatorios locales con los que trabajan, donde permanece durante 24 horas, para después incinerarlo y entregar al cliente las cenizas en una urna.
Todo el procedimiento, desde la retirada del cuerpo hasta la devolución de las cenizas, cuesta 895 euros, «el más económico en este momento», y se realiza en un periodo máximo de tres días (72 horas).
«Es un negocio que está aquí para ayudar a las personas. Tiene una vertiente social que es lo que me deja a mí más alegre y contento, el hecho de ayudar. Yo no fui contra el negocio funerario, yo quise mejorarlo», explica Oliveira, que subraya que el procedimiento persigue también contaminar menos.
UN MERCADO MUY «VIVO»
La empresa emergente nació el pasado septiembre y ha realizado nueve cremaciones, pero su objetivo es crecer y planea incluso cambiar su nombre para darle una perspectiva más «internacional».
Antes de final de año podrán actuar en las principales ciudades portuguesas y a fines de 2022 aspiran a tener presencia en todo el territorio luso y avanzar en el mercado local.
Según estimaciones de CRE-MAR, la cremación se utiliza como media en Portugal en un 40% de los fallecimientos.
«Tenemos un objetivo cerca del 20% del mercado, 8.500 cremaciones anuales (…) en los próximos años, eso es lo que nos va a asegurar que haya una facturación suficiente para abastecer el negocio», agrega Oliveira.
Las cremaciones cada vez son mayores en muchos países, por eso CRE-MAR quiere dar el salto europeo con la creación de franquicias en España, Francia, Italia y Finlandia -donde el porcentaje ronda el 50% según datos de la compañía- y Suecia -donde es superior al 70%- con el propósito de conseguir a largo plazo el 5% de los mercados locales.
«El negocio de las funerarias son las ceremonias, mientras que para nosotros es volumen de negocio, por lo que esa es la única forma de crecer», resume el ejecutivo portugués.
DE LAS CENIZAS A LOS DIAMANTES
La posibilidad de convertir las cenizas en diamante es otra de las opciones que ofrece, gracias a un acuerdo con la filial española de la multinacional suiza Algordanza.
CRE-MAR hace llegar las cenizas a la sede central de Algordanza, donde se someten a un complejo tratamiento químico que incluye la extracción de carbono de los restos, su transformación en grafito, la cristalización y finalmente el esculpido.
Cada procedimiento depende de la concentración de carbono y cada diamante tiene un tono azulado natural propio debido a la presencia de boro en el organismo y al reflejo de la luz en función de su propia estructura física.
«Tenemos una lista de espera porque cada proceso de diamantes es lento, tratado personalmente», explica el CEO de CRE-MAR.
Los diamantes van desde los 3.900 hasta los 32.000 euros, dependiendo de los quilates, si son en bruto o según los distintos tipos de corte.
El próximo paso de la empresa lusa es poner en marcha una ronda de inversión para implantar la hidrólisis alcalina, un método mucho más ecológico que ya es legal en sitios como Washington.
Una fórmula que reduce las emisiones de carbono y que, sostiene Oliveira, será una de las alternativas del negocio funerario en el futuro.