El Estado de derecho en Nicaragua se ha «quebrantado», por la «concentración del poder en el Ejecutivo y la instalación de un estado de excepción.
Por EFE
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) lamentó este sábado la decisión de Nicaragua de retirarse de la OEA y le pidió reconsiderarla, pero subrayó que seguirá atenta a la situación de derechos humanos en el país centroamericano.
La CIDH, un organismo autónomo de la Organización de Estados Americanos (OEA), expresó en un comunicado su pesar por el anuncio de este viernes del Gobierno de Nicaragua, que decidió denunciar la Carta de ese foro continental y empezar el proceso para salir de él, que durará dos años.
«La Comisión hace un llamado al Estado de Nicaragua a reconsiderar su decisión e invita a los Estados miembros de la OEA y/o a los Órganos Políticos de la organización a entablar un diálogo genuino y de buena fe y conforme con sus obligaciones en materia de derechos humanos», indicó la CIDH.
Por eso, confió en que Nicaragua cambie de postura antes de que se haga efectiva en 2023 su salida, que según la Comisión sería perjudicial » para el pueblo nicaragüense» en un contexto «de graves violaciones a los derechos humanos» en el país.
«La CIDH destaca que el Estado de Nicaragua se encuentra obligado por todos los instrumentos internacionales de los cuales es parte; reafirma su competencia sobre el Estado de Nicaragua, y continuará ejerciendo sus mandatos de monitoreo», subrayó la institución.
Precisó que esa supervisión la hará a través del Mecanismo Especializado de Seguimiento a Nicaragua (Meseni), que se dedica a analizar la situación de derechos humanos en el país y evaluar el «cumplimento de las recomendaciones» y medidas cautelares emitidas por la propia CIDH.
El Meseni se instaló en Managua en junio de 2018 para dar seguimiento a una visita anterior al país, pero en diciembre del mismo año, el equipo que trabajaba en el mecanismo fue expulsado de Nicaragua, y desde entonces ha seguido trabajando en el tema desde Washington, donde tienen su sede la Comisión y la OEA.
Para ello, el Meseni «ha mantenido contacto cotidiano con las organizaciones de la sociedad civil que permanecen en Nicaragua, las que se encuentran en el exilio, con las víctimas y con sus familiares», según la página web de la CIDH.
La Comisión aseguró además que ha constatado que el Estado de derecho en Nicaragua se ha «quebrantado», por la «concentración del poder en el Ejecutivo y la instalación de un estado de excepción».
«Persiste un contexto de impunidad generalizada respecto de las graves violaciones a derechos humanos cometidas en el marco de la represión estatal», señaló la CIDH, que percibe además «el cierre de espacios democráticos, la suspensión de libertades y afectaciones a la libertad de expresión».
La decisión de Nicaragua de abandonar la OEA se produce luego de que la 51 Asamblea General del organismo considerara este mes que las elecciones generales del 7 de noviembre, que garantizaron la permanencia del presidente Daniel Ortega en el poder, «no fueron libres, justas ni transparentes y no tienen legitimidad democrática».