Los niños son la principal víctima en casos de pobreza, exclusión, desigualdad y conflictos.
Por EFE
La Comisión Europea (CE) alertó este viernes que en 2020, por primera vez en veinte años, «se observó un aumento” del número de menores víctimas del trabajo infantil, un delito que la pandemia ha exacerbado, poniendo “en riesgo” a millones de niños de todo el mundo.
Con motivo del Día Mundial contra el Trabajo Infantil, en una declaración conjunta con el Alto Representante de la Unión Europea (UE), Josep Borrell, la Comisión reiteró el enfoque de “tolerancia cero” que mantiene la Unión Europea (UE) por esta vulneración y se comprometió a erradicar el trabajo infantil “en todas sus formas para 2025”.
El Ejecutivo comunitario estimó que el año pasado 160 millones de niños fueron víctimas del trabajo infantil, de los cuales 79 millones eran forzados a realizar trabajos peligrosos, un delito que la pandemia ha exacerbado, poniendo “en riesgo” a millones de niños de todo el mundo.
La CE hizo hincapié en que trabaja, a través de la estrategia sobre los derechos del niño, para liberar las cadenas de suministro de las empresas de la UE del trabajo infantil, así como para reforzar los sistemas de inspección laboral para el control y la aplicación de las leyes contra este delito.
Una estrategia que enlaza con la de la lucha contra la trata de seres humanos ya que, apuntaron la Comisión y Borrell, “las víctimas del trabajo infantil suelen ser también víctimas de la trata”.
Asegurar el acceso de los niños a una educación de calidad es una de las principales medidas en las que se enfoca la Unión para protegerlos, al igual que a través de la cooperación al desarrollo o el diálogo político.
“Garantizar unos niveles mínimos de protección social y una educación de calidad son factores clave que contribuyen a reducir el trabajo infantil, incluso durante las crisis humanitarias”, aseguró el Ejecutivo europeo en la declaración.
La declaración pone como ejemplo de buenas prácticas el proyecto Clear Cotton, iniciativa europea enfocada en las cadenas de valor del algodón, el textil y la confección que ha ayudado a “liberar a más de 4.000 niños de Burkina Faso y Mali del trabajo infantil”, reintegrándolos de nuevo en el sistema educativo.
Los niños son la principal víctima en casos de pobreza, exclusión, desigualdad y conflictos y, señaló la CE, hay que ayudar a los países “a reforzar y ampliar sus sistemas de protección social, favorecer una educación accesible y de calidad y asegurar la capacidad de la inspección laboral”.
El Ejecutivo, presidido por la alemana Ursula von der Leyen, concluye que los menores deben ser “el foco” de la recuperación mundial de la crisis sanitaria, para evitar que sus derechos retrocedan.