En un foro organizado por el IICA se expusieron buenas prácticas de estos tres países en cuanto al financiamiento del sector agropecuario y rural, un pilar para la recuperación post pandemia.
Por Revista Summa
Las experiencias de Chile, Costa Rica y México sobre institucionalidad financiera dirigida al sector agropecuario y rural servirían como guía al resto de países de las Américas para generar iniciativas similares, con el objetivo de acelerar la reactivación económica post pandemia, un escenario en el que la agricultura jugará un rol clave.
En un foro virtual organizado por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), se expusieron la modernización de la institucionalidad de la innovación agraria en Chile, a través de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA) de ese país, el sistema de crédito rural en Costa Rica que implementa el Sistema de Banca para el Desarrollo (SBD), y los instrumentos de fomento para la reactivación del sector agroalimentario que lleva cabo Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura de México (FIRA).
En el caso de la FIA, mediante incentivos financieros, gestión de información, capacitaciones y vinculación a redes de innovación se ha permitido que actores clave del sector agropecuario chileno, que impulsan procesos productivos innovadores, desarrollen productos diferenciados y de calidad e incursionen en nuevos mercados.
Esto se refleja en cadenas como las de aceite de oliva, avellano europeo, berries y trufas, entre otras, así como en investigación en genética animal y agricultura de precisión.
“La agricultura tiene grandes desafíos en la coyuntura actual, como son enfrentar la tremenda crisis financiera y alimentar a una población creciente con menos impacto en el medio ambiente. La solución para todos los desafíos es la innovación, que es lo mismo que la agregación de valor e implica aumentar la competitividad”, afirmó el Director General de la FIA, Álvaro Eyzaguirre.
En Costa Rica, el SBD es un conjunto de 99 entidades alineadas por un objetivo común, que se ha constituido en herramienta para el acceso a financiamiento de micro, pequeñas y medianas empresas de todos los sectores de la economía, con lo que también se propicia el incremento de la competitividad del sector productivo.
Según Miguel Aguiar, director ejecutivo del SBD, 40 % de los recursos que disponen para créditos deben destinarlos al sector agrícola y hasta un 25 %, como mínimo, para las microempresas. Desde su creación, en 2008, del total de recursos un 52 % ha sido destinado a iniciativas del sector agrícola.
“Buscamos facilitar el acceso al financiamiento para la producción y procesos de transformación productiva, también para la articulación e integración de los pequeños productores con otras entidades del país y así puedan generar nuevos procesos, productos, mercados y valor agregado”, comentó Aguiar.
Remarcó que con el apoyo del IICA se trabaja también en programas de mejora de la productividad de las plantaciones de cacao y fortalecimiento del sector ganadero.
“En SBD vemos el apoyo a la producción desde la perspectiva de la recuperación económica, dentro de ese contexto los territorios y el sector rural juegan un papel fundamental para la generación de empleo y bienestar de las personas”, dijo Aguiar.
Por su parte, la experiencia de FIRA de México se centra en valorar aspectos ambientales y sociales en los análisis de financiamiento, por medio de metodologías sobre riesgo, impacto y toma de medidas de mitigación, lo que les permite brindar soluciones financieras al sector agropecuario e impulsar modelos de desarrollo sustentables ambiental y financieramente.
“Los tiempos y la reactivación económica nos llaman a la acción. En México, en tiempos normales, estas instituciones ayudan a romper fallas de mercado como la inclusión financiera, a denotar la innovación, a elevar la productividad y a promover la sostenibilidad; sin embargo, es de particular énfasis el papel que se juega en un proceso de reactivación económica, cuando estas entidades deben facilitar y proveer estabilidad al flujo de recursos, como insumo esencial para el sostenimiento de las actividades agropecuarias”, apuntó Jesús Alan Elizondo, Director General del FIRA.
En el foro también participó el Director General del IICA, Manuel Otero, quien enfatizó que para la recuperación económica en las Américas post Covid-19 es necesario unificar esfuerzos, fomentar la cooperación horizontal y tener mecanismos de financiamiento ágiles e innovadores.
“La recuperación requerirá un esfuerzo financiero sin precedentes por parte de los países para intentar aproximarnos al menos al nivel de bienestar que teníamos antes de la pandemia. Un factor clave será un financiamiento que debe llegar a través de mecanismos ágiles, innovadores y accesibles a los diversos actores que requieren apoyo, para superar los efectos de la pandemia y contribuir en la reactivación del sector agropecuario en los próximos años”, comentó.