Los soberanos de mercados fronterizos de la CEI, América Latina y el Caribe son los más vulnerables.
Por Revista Summa
Moody’s Investors Service señala en un nuevo informe que las transferencias de remesas de los trabajadores migrantes caerán un 20% a nivel global en 2020, lo cual aumentará el riesgo externo en los principales países receptores.
«Los países que más dependen de las remesas son mayormente economías de ingresos bajos y medios, y esperamos que la disminución de las remesas exacerbe la desaceleración del crecimiento en estos países», afirma Christian de Guzman, Senior Vice President de Moody’s.
«Al afectar los ingresos y el consumo de los hogares, además de los ingresos en cuenta corriente, una fuerte caída de las remesas debilita los perfiles crediticios a través de su impacto en la fortaleza económica y la vulnerabilidad externa. Si bien es probable que el impacto en los ingresos y la fortaleza económica sea más gradual, la caída de los ingresos en cuenta corriente y el debilitamiento de las cuentas externas pueden ser abruptos», añade De Guzman.
Entre los países más vulnerables se encuentran Kirguistán (B2 estable), Tayikistán (B3 negativa), las Bermudas (A2 estable) y El Salvador (B3 positiva).
El origen de las remesas globales está altamente concentrado: 25 países aportan casi el 85% de las remesas de migrantes en todo el mundo, y los 10 países más importantes incluyen muchas de las principales economías del G-20. Los daños provocados en el mercado laboral de estos países de origen, los subsidios salariales que favorecen el empleo de residentes y las restricciones a los viajes podrían seguir afectando a los trabajadores migrantes durante algún tiempo.
Por otro lado, los países que reciben las remesas son mayormente importadores netos de petróleo y se verán favorecidos por la gran caída de los precios del petróleo desde principios de 2020. Sin embargo, el impacto negativo en cuenta corriente provocado por la disminución del 20% de las remesas es predominante y significativo en el caso de Kirguistán, Tayikistán y El Salvador. Para estos países, la disminución en la balanza de la cuenta corriente será el principal canal de impacto crediticio por la caída en los flujos de remesas.
Las remesas globales alcanzaron un máximo histórico de USD554 mil millones en 2019, pero se espera una disminución de US$110 mil millones este año, superando ampliamente la caída de USD16 mil 200 millones registrada en 2009 tras la crisis financiera global.