El BID destacó que expertos regionales e internacionales facilitarán el desarrollo de competencias y habilidades del personal de salud del país centroamericano.
Por EFE
El Fondo Especial de Japón, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Secretaría ejecutiva del Consejo de Ministros de Centroamérica y República Dominicana (Comisca) donaron 331.500 dólares para abordar la crisis del coronavirus SARS-CoV-2 en Honduras, país que reporta 6935 casos positivos y 271 fallecimientos.
La cooperación técnica permitirá la asistencia técnica, el desarrollo de una aplicación digital y la compra de insumos médicos para que Honduras pueda hacer frente a la pandemia de la COVID-19, indicó el BID en Tegucigalpa.
La ayuda es una respuesta a la declaración que los jefes de Estado y de Gobierno de Belice, Costa Rica, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá y República Dominicana realizaron el pasado 12 de marzo ante la enfermedad mortal El proyecto contempla el desarrollo de una aplicación digital contextualizada para Honduras que permita recolectar la información y los datos de evolución del coronavirus para que las autoridades tomen decisiones basadas en evidencia, señaló el Banco Interamericano.
«Esta herramienta digital es de código abierto y puede ser ajustada y utilizada por otros países de la región, con las adecuaciones que consideren», añadió.
La iniciativa también prevé que los profesionales de la salud reciban a través de plataformas digitales formación y capacitación en el uso de protocolos y procesos de atención clínica de casos de la COVID-19, enfatizó.
El BID destacó que expertos regionales e internacionales facilitarán el desarrollo de competencias y habilidades del personal de salud del país centroamericano.
La operación, coordinada por el BID, está basada en la experiencia positiva de la Iniciativa Salud Mesoamérica (ISM) y la Iniciativa Regional de Eliminación de la Malaria (IREM).
En ambos casos, el BID ha coordinado con la Secretaría Ejecutiva del Comisca la provisión de asistencia técnica y la compra conjunta de insumos médicos a los países de esta región, logrando importantes mejoras en las condiciones de salud de la población.
El rápido aumento de casos de la COVID-19 en Centroamérica está provocando «la saturación de los sistemas de salud, lo que puede comprometer su capacidad de proporcionar una respuesta oportuna y de alta calidad» a la enfermedad, agregó.
El posible impacto económico y para la salud de la COVID-19 en la región puede ser «devastador no sólo para la salud, sino también para la economía y la cohesión social» de estos países, indicó el organismo multilateral.