Especialistas convocados por el IICA explicaron que la pandemia marca el momento para repensar el modelo agrícola regional hacia uno con mayor participación del sector privado.
Por Revista Summa
El desarrollo de un sistema agroalimentario regional que impulse la modernización de la agricultura, genere valor agregado, aproveche la tecnología e incremente el comercio entre los países, fue la principal estrategia que apoyaron expertos para reforzar la seguridad alimentaria en Centroamérica en la post pandemia.
Patricia Palma, directora del Programa de Sistemas de Información para la Resiliencia en Seguridad Alimentaria y Nutricional de la Región del Sistema de Integración Centroamericana (PROGRESAN-SICA), y el consultor internacional especializado en economía, Carlos Pomareda, comentaron esta estrategia en un seminario virtual organizado por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA).
Los expertos describieron que los impactos del Covid-19 en Centroamérica tienen dimensiones sociales, políticas, económicas y sanitarias.
En al menos cuatro países de la región hay cerca de 4.4 millones de personas en situación de crisis alimentaria, una cifra que, según apuntaron, la emergencia sanitaria actual podría duplicar.
“No se han logrado resolver causas estructurales de inseguridad alimentaria y nutricional, a pesar de los esfuerzos de los países el avance es menor, constituyéndose en uno de los desafíos más importantes para la región, especialmente viviendo esta pandemia”, dijo Palma.
“Hay una situación que podemos ver en Centroamérica y no en otras regiones, existe documentado un círculo vicioso de la desnutrición y las enfermedades infecciosas, que además representan una mayor letalidad ante Covid-19”, agregó.
En la conversación virtual se destacó el riesgo nutricional que enfrentan los habitantes de territorios rurales, principalmente los dedicados al cultivo de granos básicos, pues su vulnerabilidad a situaciones estructurales y coyunturales es mayor.
“Tenemos la oportunidad de hacer una reflexión profunda de cómo robustecemos el sistema quizás con elementos que no estuvieron antes, como productos fortificados que nos ayuden a mejor la salud, ese es el gran desafío”, expresó Carlos Pomareda.
Los especialistas coincidieron en que el modelo agrícola post pandemia debe velar por quienes están encargados de la producción, con mayor incidencia del sector privado en las estrategias de desarrollo sostenible y en el cual las mujeres y los jóvenes tengan participación plena y justa.