Las lecciones de la pandemia, cambios demográficos y en los hábitos de los consumidores, junto con nuevos riesgos vinculados al cambio climático y la ciberseguridad demandan una previsión distinta.
Por Créditos:Analista de bancos: Federico Herrero Analista de aseguradoras: Rainier Álvarez Textos: Rocío Ballestero y Luis Enrique Morán
Mientras las tendencias sociales, tecnológicas y económicas evolucionan a un ritmo vertiginoso, las personas son cada vez más longevas, están haciendo cambios en sus estilos de vida y tienden a ser más demandantes en la mayoría de los ámbitos. Las aseguradoras deberán mutar para responder a nuevas necesidades. Así perciben el panorama de los seguros en esta década los profesionales del sector, amén de que la democratización de los datos y la inteligencia artificial está transformando la propia esencia del seguro.
Esto significa que los seguros pasarán a ser parte de ecosistemas digitales, totalmente integrados, basados en el pago por uso, donde intervendrán tanto las compañías aseguradoras como otros actores para ofrecer más valor al mercado y experiencias holísticas en las que no adviertan fricciones, con apoyo de datos compartidos.
Marvin Umaña, presidente de la Confederación Panamericana de Productores de Seguros (COPAPROSE), detalla los aspectos más sobresalientes del panorama de la región, que no es ajena a lo que experimenta el resto del mundo.
Las generaciones jóvenes se muestran más interesadas en utilizar que en poseer bienes como vehículos, inmuebles u oficinas, dando pie a una economía colaborativa que permite compartir activos para reducir costos, aprovecharlos mejor y añadir valor. En paralelo, las personas mayores de 40 años han superado sus reticencias respecto a las nuevas tecnologías. Eso obliga a las compañías a adoptar modelos de negocio innovadores y ágiles para ser competitivas y crecer fuera del negocio tradicional. El seguro no puede quedarse atrás ni obviar los cambios que vive la sociedad.
Los riesgos cibernéticos se han disparado y han hecho que los seguros Cyber sigan moviendo la aguja hacia el alza de los precios. Por la frecuencia y gravedad de las reclamaciones por ransomware, su costo promedio aumentó un 40% a nivel general, aunque hay algunos que ahora cuestan hasta 4 veces más. Por otro lado, conllevan riesgo reputacional, un intangible que las empresas están cuidando más, lo cual contribuyó a que cerca del 80% de las aseguradoras registraran crecimiento en las primas por venta de seguros cibernéticos en 2021, según el Índice del Mercado de Seguros Globales de Marsh.
Se impone construir propuestas de valor hiperpersonalizadas para nuevos consumidores que conciben cada vez más la movilidad como un servicio y en salud prestan especial atención a conceptos como la medicina de precisión y preventiva.
Se ha sentido la afectación en la cadena de suministros por la crisis de contenedores y la guerra entre Rusia y Ucrania, que entraban la cobertura expedita de ciertos eventos. Por ejemplo, retrasos o faltantes de repuestos para la reparación de vehículos, en momentos donde bajó la frecuencia de las colisiones, pero subió la gravedad de los eventos.
Bajas en la movilización de carga y pasajeros, en el turismo y el comercio, junto con altas tasas de inflación, intereses en alza e incertidumbre económica ha repercutido en mermas en la venta de ciertas pólizas y en el ajuste de los precios.
La alta exposición a riesgos catastróficos de América Central y República Dominicana ha hecho que se contraiga la oferta de reaseguros porque las grandes compañías globales que respaldan a las aseguradoras se exponen a pérdidas superiores al promedio. Tampoco ayuda la situación política de algunos países del área. Esto también presiona los precios hacia arriba.
En la actual coyuntura, los seguros privados han hecho una contribución clave para la atención de afectados por el COVID-19 y la recuperación económica, en especial por las coberturas de gastos médicos y funerarios, sin aplicar las exclusiones establecidas para situaciones de pandemia. A nivel latinoamericano, el aporte de las pólizas de gastos médicos supera los US$2.500 millones.
El negocio asegurador se basa en estimar la incertidumbre, pero el cambio climático está haciendo que ciertos riesgos por fenómenos naturales se vuelvan difíciles de cubrir porque de ser eventualidades pasaron a convertirse en hechos que con certeza van a ocurrir, y cada vez más frecuentes, con impactos más severos y más onerosos de cubrir. La sociedad debe asumir su responsabilidad para frenar el daño.
Para que el seguro realmente ayude a la sociedad debe ser más inclusivo y llegar a todos los segmentos de la población y a las mipymes. Actualmente, representa menos del 2% del PIB de los países, en promedio, y se debe trabajar en conjunto con otros sectores y los gobiernos para promoverlos, con fórmulas que añadan valor y permitan costos más accesibles.
Se impone mejorar las condiciones del mercado para propiciar el uso de seguros paramétricos, seguros autoexpedibles y microseguros, que requieren incluso de subsidios estatales.
6 macrotendencias en el sector asegurador hacia el 2030
1 Fin de la propiedad. Las nuevas generaciones poseerán menos cosas y, por tanto, consumirán más productos y servicios compartidos. La industria aseguradora deberá afrontar este escenario mediante la creación de nuevos modelos de negocio y de nuevas relaciones B2B.
2 Nueva movilidad. Las personas se moverán en medios de transporte semiautónomos y conectados. Los seguros deberán cubrir el viaje y no un único vehículo. Además, los usuarios pagarán por el servicio sobre la marcha.
3 Datos por todas partes. Los usuarios estarán rodeados de dispositivos inteligentes que recogerán, comprenderán y enviarán sus datos. Ante esa circunstancia no se asegurarán tanto productos concretos, sino eventos en tiempo real.
4 Cambio climático. Las catástrofes por ese fenómeno crecerán con el paso de los años y afectarán nuestro modo de vida. Las compañías aseguradoras tendrán que orientar a los usuarios sobre cómo vivir de manera sostenible y evitar riesgos.
5 Salud preventiva. Dentro de unos años, los ciudadanos monitorizaremos nuestros cuerpos y analizaremos nuestra salud. Las compañías de seguros tendrán la oportunidad de ayudarnos a evitar enfermedades proporcionándonos sugerencias para mejorar nuestro estilo de vida.
6 Longevidad. Con una sociedad cada vez más longeva, la industria del seguro deberá mantener una visión holística de la vida de una persona y ofrecerle servicios de cuidados adecuados a sus circunstancias.
3 escenarios para crear valor en 2030
FUENTE: MAPFRE
Seguros transparentes. El seguro no se venderá directamente al usuario, sino que serán una característica más dentro de una experiencia ofrecida por un ecosistema. Ya existen algunas soluciones de starups que se integran en la oferta de otros proveedores, como seguros por horas en movilidad o seguros de cargas en tiempo real para operadores de logística.
Seguros personalizados. Se pasará de asegurar determinados productos y activos a ofrecer cobertura para conductas y eventos individuales. La combinación del comportamiento pasado y los datos para calcular el riesgo en tiempo real facilitarán un mix de coberturas y precio único para cada usuario, en cada momento.
Anticiparse al riesgo. Las compañías aseguradoras pasarán de cubrir riesgos a prevenirlos, asesorando a los clientes sobre cómo anticiparlos. Encontraremos seguros de vida que prometerán alcanzar cierta edad o evitar desarrollar las dolencias más típicas de un perfil genético determinado, así como seguros de auto orientados a impedir que el usuario sufra los accidentes más frecuentes.