Después de sufrir por el choque de la pandemia, el sector legal espera resurgir en este año que recién comienza.
POR Luis Solís /@Luis_Summa
La norma ISO 22301 sobre continuidad de negocios define crisis como “una situación con un alto nivel de incertidumbre que afecta las actividades básicas y/o la credibilidad de la organización y requiere medidas urgentes”. Tal es el caso de la pandemia, evento que parece haber transformado la industria de los servicios legales para siempre, obligando a las firmas a innumerables cambios en la forma de ofrecer sus servicios.
“Vivimos un tiempo disruptivo y retador. Estimamos que, incluso después de que acabe esta crisis, sentiremos los efectos del COVID-19 de modo permanente. Al inicio de la pandemia pensábamos que estaríamos alejados de la oficina por unos días, quizás unas semanas, sujetos a una situación especial. Lo cierto es que se ha prolongado y aún no está claro cuándo va a terminar”, enfatiza Tomás Guardia, socio de Deloitte Legal. German Morales, socio director de Grant Thornton, asegura que, en una primera instancia, lo más solicitado en el mercado fue el acompañamiento para la solicitud de reducción o suspensión de jornadas de los trabajadores, seguido por asesoría para la forma de hacer teletrabajo. Ahora, los servicios se han dirigido a consultoría para encontrar nuevas formas de hacer las cosas, a manera de que los clientes puedan enfrentar la crisis.
“Por ejemplo, nosotros estamos trabajando, muy activamente, en renegociaciones de contratos, conciliaciones, y, sobre todo, rompimientos de acuerdos por motivos de fuerza mayor, a fin de reducir gastos”, sostiene. También se imponen servicios más sofisticados de análisis de la cadena de valor, contratación de proveedores, uso o no de áreas de almacenamiento, mantenimiento o no del teletrabajo, y, lo más importante, diseño de estrategias para la recuperación de las ventas.
Retos del mercado
En materia de honorarios también se registran cambios. Manteniendo el nivel de los servicios, en muchos casos se han tenido que negociar a la baja, a fin de facilitar que el cliente pueda salir adelante con su flujo de caja.
“Se ha hecho indispensable que los proveedores de servicios legales seamos más resilientes, innovadores y capaces de ofrecer soluciones más integrales y dinámicas a los clientes, enfocando la estrategia en el ahora, el futuro mediato y el largo plazo, pero con capacidad de adaptación, ajuste y cambio ante la constante de la incertidumbre”, determina Hernán Pacheco, socio director y líder para Latinoamérica Norte de EY Law.
Por otra parte, los nuevos profesionales en derecho deben tener una mayor propensión hacia las nuevas tecnologías, la inteligencia artificial y la robótica. “Deben prepararse para abrazar esos cambios y aprovechar las oportunidades que la tecnología trae consigo para evolucionar hacia servicios de más alto valor e innovación. Deben tener un enfoque más holístico de los desafíos, conocer bien las industrias en las que operan sus clientes y apalancarse mejor en la tecnología para darles más valor agregado. Es ir más allá del solo conocimiento de la ley para en- tender, de manera integral, los desafíos que cada industria y sector de la economía tiene”, determina Pacheco.
Agrega que los currículos académicos tradicionales se están quedando atrás y los programas de derecho deben ser revisados para capacitar mejor a los abogados, en relación con los desafíos que traen consigo el mundo contemporáneo y las circunstancias que enfrenta la sociedad como un todo.
“Es indispensable que los profesionales del gremio estén constantemente actualizando sus conocimientos, que vayan más allá de las áreas tradicionales del derecho e incursionen en las nuevas especialidades, así como en áreas que trascienden el derecho, como las finanzas, la informática y las ciencias económicas”, enfatiza.
Rentabilidad de las empresas
A juicio de Guardia, las empresas del sector legal deberán intentar ser más eficientes y apoyarse aún más en la tecnología y calidad para lograr ser más rentables.
“Los bufetes deberán seguir cambiando y adaptándose a las nuevas necesidades del mercado, ya que los clientes también cambiaron. Ahora, son más exigentes, han bajado sus presupuestos para temas legales y buscan ser más eficientes y rentables. Muchas veces las em- presas no crecen, sino que se engordan”, comenta.
De ahí la importancia de determinar el tamaño adecuado de cada organización, el de sus instalaciones físicas y la escala adecuada de mercado para lograr una reducción de costos apropiada, algo imperativo para lograr la rentabilidad deseada para el 2021.
Por su parte, Morales indica que lo primero que debe tener presente todo empresario es el concepto de resiliencia y entender que no se va a regresar a lo que era la realidad hasta febrero del 2020.
“Se debe pensar diferente y hacer cosas distintas a las que siempre se habían realizado. Hoy, más que nunca, el cambio es lo más importante. Por ello, lo primero es hacer el análisis de cada compañía, se debe verificar si se cuenta con el recurso humano gerencial necesario o, si no, ubicar al mejor que exista. En segundo lugar, tomar decisiones, no retardarlas más, porque no se puede mantener un negocio que siga generando pérdidas. Lo tercero, es saber sacar lo mejor que pueda de su negocio, aunque no sea todo lo que se esperaba”, puntualiza el especialista.