El análisis de IRENA muestra que la región puede seguir una agenda de transición energética más ambiciosa, logrando beneficios en costos y en objetivos socioeconómicos y climáticos al mismo tiempo.
Por Revista Summa
Una estrategia de descarbonización puede traer beneficios a la región de Centroamérica al mismo o menor costo que la estrategia de planificación actual del sistema energético, según un nuevo informe de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA). El informe muestra que el camino de la descarbonización le costaría a la región alrededor de 20 mil millones USD menos que el escenario planificado en el periodo 2018-2050.
El análisis muestra que una mejor integración del sistema de energía puede ayudar a la región a explotar el abundante potencial de energías renovables, estimado en alrededor de 180 gigavatios (GW), un aumento diez veces superior a la capacidad instalada actual de la región.
La “Hoja de ruta de energías renovables para Centroamérica: hacia una transición energética regional”, encuentra que lograr este objetivo requeriría aumentar la proporción total de la capacidad instalada de energías renovables en el sector eléctrico regional al 90 por ciento y electrificar el 75 por ciento de la flota vehicular total de la región, para 2050. El estudio contribuye a los debates en curso sobre la transición energética en la región y las iniciativas relacionadas.
La hoja de ruta de IRENA describe un Escenario de Descarbonización Energética (DES) ambicioso, pero alcanzable, que reduce las emisiones de CO2 en Centroamérica en un 70 por ciento para 2050 en comparación con el Escenario Energético Previsto (PES) para el mismo año.
“Centroamérica está entrando en una década crucial para dar forma a su sistema energético futuro”, dijo el director general de IRENA, Francesco La Camera. “La región tiene una oportunidad única para garantizar el desarrollo sostenible con recursos de energías renovables que pueden reforzar su seguridad energética al mitigar la dependencia de los combustibles fósiles, al tiempo que reduce los costos, estimula la recuperación de la región posterior a COVID-19 y aborda el cambio climático”.
Según el análisis de IRENA, si se triplicara la implantación anual de energías renovables en la región en 1,4 GW por año en comparación con la implantación planificada, la región estaría en camino de alcanzar su objetivo de energías renovables. Para reducir aún más las emisiones del sector transporte, se recomienda el hidrógeno verde como combustible alternativo para el transporte de carga pesada por carretera, así como para el transporte marítimo internacional.
El informe también señala desafíos clave en la región para lograr el acceso universal a la electricidad y tecnologías de cocción limpia. Actualmente, el 37 por ciento de los hogares en Centroamérica no tienen acceso a tecnologías y combustibles de cocción limpia. En el DES, esta proporción se reduciría a solo el uno por ciento gracias a la introducción de estufas eléctricas mejoradas, lo que demandaría costos de tecnología acumulados de alrededor de 12.500 millones de USD durante el periodo 2018-2050.
Los beneficios socioeconómicos y de salud adicionales incluirían la reducción de la contaminación de las actividades de cocción, y beneficiarían en particular a las mujeres y los niños.
El análisis de IRENA sirve como guía técnica que puede apoyar el proceso de toma de decisiones de los responsables de la formulación de políticas, los responsables de la planificación energética, las instituciones gubernamentales y el sector privado para definir el desarrollo bajo en carbono en la región. Los hallazgos pueden aclarar el diseño, la elaboración y la implementación de planes energéticos, contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC, por sus siglas en inglés), planes nacionales de mitigación y planes de inversión que están en curso o en trámite.