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Plantas industriales del futuro: eficiencia, sostenibilidad e innovación

Abr 21, 2025 | Noticias de Hoy

Revista SUMMA
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Las principales tendencias son el uso de energías limpias, automatización, economía circular y desarrollo de productos con menor huella de carbono.

Por Revista Summa

Centroamérica se encuentra en un punto de inflexión crucial en su desarrollo industrial. La creciente demanda de eficiencia, sumada a la urgencia de mitigar el cambio climático, está impulsando a las industrias de la región a adoptar modelos de producción más sostenibles. Según la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA), la electrificación del transporte y el aumento de fuentes renovables podrían reducir las emisiones de CO₂ en un 72% hacia 2050. Además, organismos como la CEPAL destacan la necesidad de acelerar la transformación digital para lograr una industria más resiliente y baja en carbono.

En este contexto, las plantas industriales del futuro están evolucionando hacia operaciones más inteligentes, eficientes y responsables. La integración de energías limpias, como la solar y la eólica, ya es una realidad en países como Costa Rica, donde el 89.4% de la matriz eléctrica provino de fuentes renovables en 2024, según el Centro Nacional de Control de Energía (CENCE). A esto se suma la automatización, la inteligencia artificial y el uso de tecnologías predictivas, que optimizan procesos y reducen el desperdicio.

La economía circular también está ganando terreno. Empresas en la región están incorporando prácticas que promueven la reutilización y el reciclaje de materiales, disminuyendo el uso de recursos vírgenes y el impacto ambiental. No obstante, los retos persisten: desde la inversión inicial en nuevas tecnologías hasta la falta de incentivos y marcos normativos claros que faciliten esta transición.

“A pesar de los retos, Centroamérica y Costa Rica tienen el potencial para convertirse en un referente en sostenibilidad industrial. Pero eso solo será posible si avanzamos juntos: sector privado, gobierno y sociedad civil. Esta transición requiere colaboración y una visión compartida para construir un futuro más resiliente y responsable para la región”, comentó Delsa Alfaro, coordinadora de sostenibilidad y líder de descarbonización de Holcim Costa Rica.

Uno de los sectores que ya está mostrando resultados tangibles es el de la construcción. Holcim Costa Rica, por ejemplo, ha logrado alrededor del 60% de su matriz térmica, provenga de combustibles alternativos como biomasa, llantas fuera de uso y residuos sólidos urbanos e industriales. Esto ha sido posible gracias a inversiones en infraestructura para coprocesamiento, alianzas estratégicas y rigurosos controles ambientales. Para Delsa Alfaro, esta transformación no es solo técnica, requiere decisiones estratégicas, inversiones continuas y el uso de tecnologías innovadoras. Como compañías debemos de estar convencidos de que es posible operar con altos estándares de eficiencia, rentabilidad y bajos en carbono.

La tecnología también está cambiando la forma en que operan las plantas. El mantenimiento predictivo, apoyado por sensores, drones que pueden medir temperatura y análisis de datos, permite detectar fallas antes de que ocurran, reducir riesgos operativos y optimizar el uso de energía.

“Con el uso de drones en nuestras plantas, hemos reducido los tiempos de inspección de días a minutos, ganando eficiencia y reduciendo riesgos. Además, con datos térmicos y visuales, podemos identificar puntos críticos que en una inspección manual serían invisibles o complicados de alcanzar”, explicó Alfaro.

La industria busca reducir la huella de sus productos desde el diseño y los procesos. Una tendencia creciente es el desarrollo de materiales con menor impacto ambiental, optimizando fórmulas y utilizando minerales locales. En esa línea, Holcim Costa Rica ha elaborado cementos con menor contenido de clínker, incorporando materiales alternativos como puzolana, manteniendo su desempeño técnico con una huella mucho menor.

“Reducir emisiones también es cuestión de química, no solo de energía. Usamos minerales que ya existen en el entorno. Esto es innovación aplicada a la realidad local”, señaló Alfaro.

El futuro también contempla la integración de fuentes renovables en sitio, el aprovechamiento de energía térmica residual y la automatización avanzada. Las plantas del futuro serán cada vez más inteligentes, capaces de ajustar su operación en tiempo real, generando parte de su energía y conectadas con sistemas de análisis predictivo que maximicen la eficiencia.

Aunque el camino no está exento de desafíos, las señales del mercado son claras. A medida que los compradores valoran la huella de carbono y la sostenibilidad, los reguladores exigen más y los inversionistas priorizan modelos con menor impacto, las industrias que lideren esta transición serán las que consoliden su relevancia en el mediano y largo plazo.

“Invertir en sostenibilidad no es un lujo, es un requisito estratégico. Hoy más que nunca, los clientes, los mercados y las comunidades están exigiendo acción concreta. Y las empresas que se anticipan son las que ganarán en el largo plazo”, concluyó Alfaro.

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