El nuevo presidente de la República, José Raúl Mulino, se enfrenta a un escenario adverso, con una economía en ‘números rojos’ y la promesa de traer ‘chen chen’ al bolsillo de los panameños.
Por La Estrella
El gobierno del nuevo presidente José Raúl Mulino necesita avanzar rápido en el desarrollo de sus principales propuestas económicas. “Si el pueblo no siente que hay proyectos grandes, que empiecen a dinamizar la economía, va a sentir que la propuesta de ‘chen chen’ del señor Mulino era falsa”, dijo el politólogo Antonio Sanmartín, en conversaciones con La Estrella de Panamá.
El especialista ve necesario que el nuevo mandatario tome decisiones ágiles y que en poco tiempo se concreten acciones que permitan una reactivación económica. “Él viene de la empresa privada y está acostumbrado a tomar decisiones rápidas, creo que eso lo beneficia”, ponderó.
Mulino llegó al gobierno prometiendo generar nuevos empleos y una reactivación pronta de la economía, en un contexto en el que él mismo reconoció que las finanzas del Estado están en rojo. “Estamos en rojo… no hay plata. […]. Yo no le voy a pegar mentira a este país, yo no estoy aquí para pegar mentiras, si no hay plata, no hay plata”, enfatizó.
Datos del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) muestran que la deuda pública ronda los $50.000 millones y, según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), para agosto de 2023, la tasa de desempleo era de 7,4% (155.000 personas desocupadas), en donde cinco de cada diez plazas de empleo correspondían a empleos informales (765.000 empleados).
Aunque las cifras son negativas, desde el Ministerio de Trabajo y Desarrollo Laboral (Mitradel), prevén que podrían empeorar, ya que, la ahora exministra, Doris Zapata, mencionó que el cierre de la mina podría ocasionar que la desocupación aumentase en 1,5%, elevando la tasa de desempleo a 8,0%, durante los próximos meses.
Al cierre de 2023, la cantidad de empleos formales e informales eran de 848.518 y 765.152, respectivamente. Esto quiere decir que hay 30.000 empleos formales que no se han recuperado y que, los empleos informales han aumentado en 49.039, tras la pandemia.
Los datos muestran que 47 de cada 100 en la nación son informales y que, para finales de año anterior, había 114.770 personas en informalidad, laborando dentro de empresas formalmente establecidas.
“La Decana” conversó con el consultor laboral Luis Eduardo Valle, para conocer la situación del mercado y los cambios que deben realizarse para revertir esta tendencia y poder dinamizar la economía.
“Lo primero que tenemos que entender es que el país necesita actualizar su Código de Trabajo, porque el actual es de hace más de cinco décadas”, analizó.
El problema, según el abogado, es que esto traer consigo un “costo político”, ya que los gremios de trabajadores suelen asociar los cambios con pérdidas de derechos laborales. “Este tipo de apreciaciones no son correctas, porque flexibilizar algunos elementos, como las jornadas de trabajo, puede modificarse”, valoró el especialista.
Valle aboga porque se dé la posibilidad a los empleados y empleadores de adaptar las jornadas, con base en las necesidades de cada caso. “Imagínate que se le dé posibilidad a un estudiante de trabajar medio tiempo en la mañana, ir a la universidad y luego volver a hacer el resto de la jornada”, propuso el experto laboral.
Desempleo juvenil
El desempleo juvenil es una de las principales preocupaciones del mercado, ya que, según el Inec, el 54,3% de todos los desempleados están en edades de 15 a 29 años. Para agosto de 2023, la tasa de desocupación en este sector era de 15,4%.
Para solventar esta realidad, el jurista ve crucial que el Mitradel mejore la forma en que recopila la data laboral. “Ellos están funcionando como si estuvieran en 1970, todo se maneja en papelería y no hay estadísticas actualizadas de lo que pasa en el mercado”, aseveró Valle.
Otro punto relevente es la necesidad de regular el concepto de las pasantías laborales o las prácticas profesionales.
“En Panamá, todas las relaciones laborales se entiende como de trabajo, lo que desincentiva a las empresas a contratar trabajadores novatos, porque cuentan con lo mismo que uno con experiencia”, relató el consultor laboral.
Valle cree que también es importante redefinir la negociación del salario mínimo en Panamá, dado que se ha implementado negociar un aumento de salario mínimo sin tener en consideración la realidad de las micro, pequeñas y medianas empresas.
Franklin Martínez, presidente de la Unión Nacional de Pequeñas y Medianas Empresas (Unpyme), explicó a este medio que el alza constante del salario mínimo está afectando el proceso de contratación dentro de este sector, el cual es responsable del 76% de la fuerza laboral del país.
Martínez puso como ejemplo el incremento de 4,5% que hubo en el salario mínimo, a finales de 2023. “El Gobierno tomó la decisión de incrementar en 4,5% el salario mínimo. Esto en un contexto en el que el país no ha mejorado sus condiciones sociales y de mercado, lo que se traduce en un aumento del 4,5% de los costos de funcionamiento y empleomanía”, alegó.
“Si dentro de esas empresas (mipymes) se incrementan los costos, vamos a ver pérdidas de puestos de trabajo y aumento de desempleo, porque no he podido aumentar mis ganancias, pero tengo que dar un mayor salario. Eso quiere decir que alguien se va a quedar sin trabajo”, añadió.
Sobre este asunto, Valle considera que se debe redefinir lo que es una mipyme, debido a que, en el país, esto se analiza desde la óptica de la cantidad de empleados que tiene una empresa y no desde las ganancias que genera.
“Tenemos que decidir si como país queremos seguir aumentando el salario mínimo o generar más empleo, porque este tipo de legislaciones solo afectan a los pequeños comerciantes, no a los grandes corporativos, ya que estos últimos suelen pagar más del salario mínimo”, resaltó.
Tony Roldán, líder de la Cámara de Sedes de Empresas Multinacionales (Casem), que aglutina cerca de 200 empresas entre SEM (Sedes de Empresas Multinacionales) y EMMA (Empresas Multinacionales para la Prestación de Servicios Relacionados con la Manufactura).
Roldán indicó que, desde estos sectores empresariales señalan que el principal obstáculo que encuentran las compañías multinacionales, al momento de contratar mano de obra local es la carencia del idioma inglés. “Esa es una barrera muy grande que está afectando la introducción del talento panameño”, recalcó.
Otro elemento a considerar es la carencia de habilidades blandas (comunicación, pensamiento crítico, capacidad de resolver problemas, ética de trabajo y otros) y la poca capacidad de manejar herramientas digitales como Excel.
Las profesiones de mayor demanda continúan siendo las ingenierías y financieras. “Hay buenos profesionales, pero es necesario que dominen otros idiomas y tengan las competencias que mencioné antes”, destacó.
El líder de Casem hizo referencia al desempeño del país en las pruebas PISA. “Panamá estuvo entre los últimos 20 países, esto porque 7 de cada 10 niños que salen de la primaria no sabe entender un texto. A los 15 años, 8 de cada 10 jóvenes no cuentan con las competencias mínimas de educación. Hay altas tasas de abandono escolar, con más de 130.000 jóvenes que no están dentro del sistema escolar”, reveló.
A esto hay que sumarle que, según Casem, el 80% de las escuelas no cuentan con las herramientas de aprendizaje digital requeridas. En consecuencia, 6 de cada 10 empleadores en el país no encuentran talento especializado. Esto en un contexto en el que 8 de cada 10 panameños considera que no es fácil encontrar trabajo.
“Si no se invierte de forma estratégica en educación, el talento panameño no va a poder integrarse en las empresas, por muchas que haya”, puntualizó.