En Nicaragua, un país centroamericano de 6,5 millones de habitantes, unos 4,4 millones están habilitados para votar y elegir presidente y vicepresidente.
Por EFE
El Gobierno de Nicaragua denunció este lunes «la continua intromisión» de Estados Unidos, a través de su embajador en Managua, Kevin Sullivan, «en los asuntos propios» del país, aunque no identificó la presunta injerencia.
En una nota, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Nicaragua pidió al embajador estadounidense abstenerse «de seguir violentando nuestra concordia nacional, y renuncie a querer imponer su vulgar, rastrera, aberrante, insolente, innoble, abominable y decadente política yanqui, que declaramos, una vez más, nada grata para los nicaragüenses».
«Nuestra soberanía, que no se discute, ni se entrega a los ‘bárbaros fieros’, no puede seguir siendo vulnerada o violentada por los mismos invasores e interventores de siempre», señaló.
La Cancillería de Managua llamó a Sullivan a adoptar «una conducta respetuosa y responsable, en el contexto de la Convención de Viena, que todos los Estados estamos obligados a observar y cumplir, en relaciones diplomáticas que imponen reconocimiento de la soberanía y autodeterminación de los países concernidos».
EXIGE CESEN «ATAQUES ENCUBIERTOS»
«El señor Sullivan se expresa continuamente, de manera directa e indirecta, en detrimento de nuestras decisiones institucionales y de nuestras políticas nacionales independientes, de país independiente, que no es colonia de nadie», indicó el ministerio de Exteriores.
Según Managua, el embajador estadounidense «pretende desconocer nuestra legitimidad como Estado, en esta Nicaragua donde vivimos en libertad, paz y democracia, gracias a la valentía de nuestro pueblo, y de acuerdo a los principios y normas de nuestra Constitución».
«Exigimos al señor Sullivan que cese sus ataques encubiertos, sus hipócritas salutaciones, disfrazados de una cortesía diplomática que abandonó hace tiempo, y que más bien ha sido, y es, ejemplo de la continua, perversa, detestable injerencia invasora de los Estados Unidos en nuestra Nicaragua, tantas intervenciones abusivas y criminales, que hemos denunciado y seguiremos denunciando», continuó.
En la nota, el Gobierno aseguró que Nicaragua vive «otra etapa, nuevos tiempos de reivindicación de la decencia, la honra y el decoro nacional, que defendemos con hidalguía, en esta patria libre, de nuestros gloriosos generales Benjamín Zeledón y Augusto C. Sandino».
Nicaragua divulga esa nota cuando falta menos de un mes para las elecciones generales, en las que el presidente Daniel Ortega busca su tercera reelección consecutiva.
A MENOS DE UN MES DE ELECCIONES
Ortega, que busca su quinto mandato, cuarto consecutivo y segundo junto con su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, apeló en el arranque de su campaña al nacionalismo y al antiimperialismo estadounidense para «darle continuidad a la paz», la cual, dijo, fue restablecida por su Gobierno después de que estallaran las protestas en su contra, en abril de 2018, y que el Ejecutivo califica como un intento de golpe de Estado.
También justificó el arresto de siete aspirantes a candidatos a la Presidencia por la oposición, que se perfilaban como sus principales contendientes.
Según Ortega, un exguerrillero sandinista próximo a cumplir 76 años, y en el poder desde 2007, los opositores están detenidos por «terroristas».
Los acusó de estar al «servicio de los yanquis» (Estados Unidos) y de haber dirigido la revuelta popular que estalló en abril de 2018 por unas controvertidas reformas a la seguridad social y que luego se convirtieron en una exigencia de renuncia del presidente Ortega.
La oposición nicaragüense, la excluida, ha tildado de «farsa» los próximos comicios y ha pedido a Occidente desconocer sus resultados.
En Nicaragua, un país centroamericano de 6,5 millones de habitantes, unos 4,4 millones están habilitados para votar y elegir presidente y vicepresidente, 90 diputados nacionales y otros 20 ante el Parlamento Centroamericano (Parlacen).