Los bancos de América Latina enfrentan un riesgo de activos cada vez mayor, dado que las tasas de contagio permanecen altas y la recuperación económica tiende a ser más prolongada.
Por Revista Summa
El diferimiento del pago de créditos y la asistencia que brindan los gobiernos en América Latina, incluidos los subsidios a los salarios y las transferencias sociales, han ayudado a estabilizar la morosidad bancaria y prevenir castigos masivos de créditos en medio de la crisis por la pandemia del coronavirus, señala Moody’s Investors Service en un nuevo informe. Sin embargo, el riesgo de prolongación o renovación de medidas de confinamiento retrasará la recuperación de las principales economías de la región, lo cual afectará las condiciones de crédito hasta 2022.
«La mayoría de los bancos latinoamericanos han concedido diferimientos de pago de créditos, lo cual permite que los niveles de cartera vencida sean inicialmente estables. Sin embargo, como las tasas de infección por coronavirus siguen siendo altas en la región, las economías han retrocedido a niveles mucho más bajos, generando tasas de desempleo elevadas y bajos ingresos corporativos, los cuales afectarán las condiciones crediticias de los bancos», afirma Ceres Lisboa, Senior Vice President de Moody’s. «Estas condiciones probablemente continuarán hasta que haya una resolución favorable que restablezca tanto la confianza de los ciudadanos para moverse con seguridad como su compromiso, y se espera que esto llevará al menos 18-24 meses. Además, el riesgo de prolongación o renovación del confinamiento si la situación empeora puede retrasar aún más la lenta recuperación de las principales economías de América Latina».
Los programas de asistencia de los gobiernos son importantes, pero pueden no ser suficientes para prevenir mayores riesgos crediticios. Moody’s señala que el alcance de los programas de asistencia no ha sido uniforme en toda la región, y su eficacia se ha visto reducida por altos costos operativos, dificultades técnicas y costos financieros. La región también enfrenta el riesgo de debilitamiento de la política fiscal, por lo que no es probable que se mantengan los niveles de apoyo iniciales. Sin embargo, algunos mitigantes incluyen bajas tasas de interés y ahorros derivados de transferencias sociales, que pueden aliviar temporalmente la carga de la deuda y mantener de algún modo el consumo a medida que se retiran los paquetes de ayuda.
A medida que los diferimientos y los períodos de gracia alcanzan su vencimiento hacia fines de 2020, es probable que aumente el deterioro de la calidad crediticia. La cartera vencida solo puede alcanzar su máximo hacia fin de año o el primer trimestre de 2021, cuando se analice la adecuación de las provisiones bancarias frente a posibles pérdidas. Los bancos brasileños están mejor posicionados para soportar pérdidas. En general, las reservas en toda la región mostrarían resiliencia si el 15% de los diferimientos se convirtieran en pérdidas, pero más allá de eso, los bancos colombianos y peruanos están más expuestos a escenarios adversos.