Este año se ha aplicado «el mayor cambio metodológico» al listado de centros de educación superior desde que comenzó a elaborarse en 2004.
Por EFE
El estadounidense Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) lidera por decimosegundo año consecutivo la clasificación de las mejores universidades del mundo que publicó este martes la firma británica Quacquarelli Symonds (QS).
La Universidad de Cambridge se mantiene en el segundo puesto, seguida de la Universidad de Oxford, que asciende una posición, mientras que Harvard avanza desde el quinto al cuarto lugar y Stanford pierde dos escalones, hasta el quinto puesto.
En España, la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) es el centro mejor situado, en el puesto 149, mientras que la brasileña Universidad de Sao Paulo es el primer centro latinoamericano, en la posición número 85.
En una rueda de prensa en línea, el vicepresidente de QS, Ben Sowter, destacó que este año se ha aplicado «el mayor cambio metodológico» al listado de centros de educación superior desde que comenzó a elaborarse en 2004.
Entre los nuevos criterios, se ha introducido la métrica de «sostenibilidad», que evalúa la contribución de cada universidad a reducir su impacto medioambiental, y se ha incrementado el peso de la «red de investigación internacional», que premia la colaboración con centros de otros países, así como la «reputación entre los empleadores».
Decrece en cambio la importancia del ratio entre personal académico y número de estudiantes, así como la de la «reputación académica».
Bajo esta metodología, el 75 % de las universidades africanas en el ránking han mejorado su nota, la «región árabe sigue siendo cada vez más competitiva» y Australia ha logrado contar por primera vez con tres universidades entre las primeras 20 del listado.
El 79 % de las instituciones chinas han mejorado su posición en cuanto a «citas» académicas, mientras que la estadounidense Berkeley, líder mundial en sostenibilidad, logra entrar en el «top 10», según destaca QS.
En los últimos años, con la creciente importancia de las clasificaciones de educación superior, «hemos visto cómo algunas universidades se han adaptado a lo que estamos haciendo, han respondido a las métricas que incluimos en nuestras clasificaciones», señaló Sowter.
Algunos centros «se han tomado más en serio la internacionalización, en lugares donde históricamente era difícil hacerlo», sostuvo.
«Las universidades han adoptado una postura más seria respecto a su reputación, se han hecho mejores en cuanto a la comunicación y se han centrado más en ser selectivas sobre la investigación que llevan a cabo y su posible impacto», agregó el vicepresidente de QS.
Cuestionado sobre la posibilidad de que algunos centros traten de mejorar su posición en los listados pagando a investigadores de prestigio para que se registren en esa universidad, aunque desarrollen su trabajo principal en otra, Sowter afirmó que «el lugar en el que ese tipo de táctica, si está teniendo lugar, tendría mayor efecto es en los indicadores de citaciones».
El vicepresidente detalló que la clasificación QS utiliza la base de datos de citas científicas Scopus, producida por la editorial académica Elsevier.
«Elsevier está haciendo mucho trabajo para asegurar la veracidad continuada de sus datos. Tienen consejos editoriales y controles de calidad, están trabajando duro para asegurar que aquello que se publica es genuino», recalcó.