Ortega aspira a su quinto mandato presidencial, cuarto de forma consecutiva, y segundo con su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo.
Por EFE
La crisis diplomática entre España y Nicaragua se agravó este miércoles, cuando el Gobierno español llamó a consultas a su embajadora en Managua, María del Mar Fernández-Palacios, como respuesta a las “graves e infundadas acusaciones” de la Cancillería nicaragüense contra España y sus instituciones.
En un comunicado publicado hoy, el Ministerio español de Asuntos Exteriores se refirió a una nota de la Cancillería del país centroamericano emitida ayer con “gruesas falsedades sobre procesos judiciales y electorales” españoles.
La tensión entre ambos Ejecutivos y el cruce de acusaciones comenzó hace unos meses, con motivo de las detenciones y encarcelamiento de líderes opositores y candidatos de los próximos comicios nicaragüenses del 7 de noviembre, contra lo que España reaccionó varias veces con protestas enérgicas.
El 10 de junio pasado, los ministros de Relaciones Exteriores de Costa Rica, Belice, Guatemala, Panamá, República Dominicana y España instaron a Nicaragua a que liberase a los líderes políticos de oposición que habían sido detenidos.
ESPAÑA REPROCHA LA «REPRESIÓN» Y CUESTIONA CREDIBILIDAD ELECTORAL
«Nicaragua atraviesa una profunda crisis política, económica y social que se ha agudizado en las últimas semanas como consecuencia del recrudecimiento de la represión por parte del Gobierno contra actores políticos y sociales de la oposición, así como contra medios de comunicación independientes», subrayó el Gobierno español hoy en el comunicado citado.
Desde el pasado mes de mayo, ya son 32 los líderes y candidatos de la oposición detenidos y acusados de traición a la patria, lo que les impedirá presentarse a esas elecciones.
Ortega aspira a su quinto mandato presidencial, cuarto de forma consecutiva, y segundo con su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo.
Este lunes se conoció la decisión del Consejo Supremo Electoral de cancelar la personalidad jurídica de la alianza opositora Ciudadanos por la Libertad (CxL), por lo que tampoco podrá presentarse a los comicios.
España advirtió de que las elecciones en Nicaragua no son creíbles tras decisiones como esta y otras anteriores que «impiden que el proceso electoral en ciernes ofrezca un resultado con garantías y credibilidad».
Naciones Unidas, Estados Unidos, la Unión Europea (UE), Canadá y el Reino Unido se han sumado a las denuncias sobre la falta de credibilidad de los comicios.
NICARAGUA CONDENA LA «INADMISIBLE INTROMISIÓN» ESPAÑOLA
Tras las críticas, la Cancillería nicaragüense respondió el martes con una nota dirigida al Ministerio español Exteriores en la que condenaba la «inadmisible intromisión del Gobierno del Reino de España en los asuntos internos» del país.
Nicaragua acusaba a España de carecer de «autoridad moral», cuando es culpable de «tanta falacia, encubrimiento, mentiras, delitos, crímenes de odio y lesa humanidad, que no confiesan, pero que todo el mundo conoce, y condena».
Así, el Gobierno del presidente Ortega seguirá denunciando «la cínica y continua, intromisión, injerencia e intervención en nuestros asuntos internos, impropias de Gobiernos democráticos, impropias también de regímenes que incumplen continuamente con los derechos de sus pueblos a la autonomía o a procesos autonómicos de independencia».
Igualmente la Cancillería mencionaba los «crímenes de lesa humanidad, nunca investigados o juzgados» de los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL), activos en los años ochenta en España. «Se califican como terrorismo de Estado», añade, y «muestran el carácter inmoral de las instituciones españolas».
Frente a ello, España rechazó hoy “de manera tajante” el contenido de la nota de la Cancillería y exigió al Estado de Nicaragua que “cumpla con los compromisos internacionales adquiridos en materia de Derechos Humanos y sus propios preceptos constitucionales, garantizando los derechos de todos sus ciudadanos y la libre participación política”.