Tal como el árbol que inspira su nombre, Grupo Roble, la división inmobiliaria del salvadoreño Grupo Poma, ha crecido por toda la región sobre bases muy fuertes, recio y demostrando gran resistencia.
Por Rocío Ballestero
Tres generaciones de la familia Poma, oriunda de El Salvador, han tejido esta gran historia empresarial que ha impulsado el desarrollo urbano de las principales ciudades de América Central y el crecimiento económico y social de los países, mediante el desarrollo de modernos centros comerciales, complejos de vivienda y oficentros.
Parte de su éxito responde a que desarrolla proyectos altamente diferenciados por sus diseños contemporáneos, localizaciones privilegiadas y apego a criterios de sostenibilidad en la construcción.
Todos ofrecen gratas experiencias a los clientes y diversidad de amenidades, con espacios pensados para aprovechar la luz natural, ahorrar agua y energía, así como excelentes accesos, sistemas de seguridad, tecnología de punta en telecomunicaciones y certificaciones de calidad, entre otros atributos ganadores. El talento y compromiso de sus colaboradores, socios y aliados también juegan a favor.
Actualmente, está liderado por Ricardo Poma, presidente de Grupo Poma y Grupo Roble, y Alberto Poma, vicepresidente de Grupo Roble, hijo y nieto del fundador, respectivamente. Son ellos quienes nos cuentan más detalles y los nuevos desafíos de esta empresa que marca la pauta en el sector inmobiliario en los siete países del Istmo centroamericano, Colombia y República Dominicana.
¿Cómo nace Grupo Roble?
AP. Grupo Roble nació hace 60 años con la visión de mi abuelo, Luis Poma, y un grupo de amigos empresarios que confiaron en la idea de crear nuevos polos de desarrollo en la ciudad a través de la construcción de complejos de usos múltiples, una idea innovadora que incluía viviendas, centro comercial, hotel y oficinas. En aquel entonces ese concepto no había sido explorado en el país, y la actividad económica y social estaba concentrada en la zona que hoy conocemos como el Centro Histórico de San Salvador; pensar en sentar las bases de un “nuevo centro” de la ciudad era un plan ambicioso y retador.
En 1962, Grupo Roble dio ese paso bajo el liderazgo de mi abuelo. Primero, desarrollamos la Colonia Miramonte, el proyecto pionero de vivienda a gran escala del país, y en los años siguientes construimos el Hotel Camino Real, el edificio de oficinas Torre Roble y Metrocentro. Este último, por cierto, se lanzó bajo el eslogan de “el nuevo centro”, y lo logramos. Hoy es el centro comercial con mayor tráfico de visitas en toda la región.
En esta historia de Grupo Roble hemos participado tres generaciones de la familia Poma, y con el apoyo de amigos cercanos, colaboradores, clientes, socios y aliados nos hemos convertido en un referente en el sector inmobiliario de la región. A nivel personal, me llena de sano orgullo y estoy comprometido a seguir contribuyendo al crecimiento y consolidación de lo que hemos logrado en seis décadas.
¿Por qué se establecieron en el sector de bienes y raíces?
AP. Esta pregunta se responde inicialmente por mi abuelo, Luis Poma, quien fue un hombre visionario y con un fuerte compromiso hacia El Salvador. Junto a sus socios, vio la oportunidad de contribuir a impulsar el desarrollo urbanístico y el crecimiento económico y social a través de una actividad empresarial con importantes efectos multiplicadores. Ejecutar un proyecto de usos múltiples en cualquier ciudad tiene un impacto positivo en la generación de empleo, el incremento del comercio, el acceso a servicios básicos y en la mejora de otros indicadores que contribuyen a profundizar el bienestar de las personas.
En números, un proyecto comercial puede generar, en forma directa, más de 2.000 empleos e indirectamente más de 6.000 fuentes de trabajo. Una vez inaugurado, los diferentes establecimientos comerciales son capaces de generar hasta 6.000 empleos.
Este impacto es valioso para Grupo Roble, porque estamos convencidos de que nuestro rol como inversionistas trasciende el ámbito de los negocios y nos impulsa a continuar liderando nuevas oportunidades de desarrollo.
¿Cuáles proyectos han sido los más retadores?
RP. Todos los proyectos tienen su nivel de complejidad. Parte de mi filosofía empresarial es trabajar con una estrategia conservadora y audaz al mismo tiempo, lo que para nosotros significa aprovechar las oportunidades pero evaluarlas con un colador fino para reducir el riesgo de equivocarnos. En Costa Rica, por ejemplo, a principios de los noventa, recorrimos varias propiedades con potencial de desarrollo. La zona de Escazú era un área casi rural, pero fue la que más nos gustó. Identificamos 17 terrenos de diferentes dueños, un verdadero rompecabezas, y desarrollamos una estrategia para adquirirlos, hasta conformar una propiedad completa de aproximadamente 22 hectáreas. Comenzamos a trabajar en el plan maestro para desarrollar un complejo de usos múltiples con un centro comercial regional, un hotel cinco estrellas y un centro corporativo, lo que se ha convertido en un polo de desarrollo para San José.
En Colombia, en medio de un contexto desafiante, identificamos la oportunidad de ingresar al mercado hotelero ofreciendo una óptima infraestructura y servicios de calidad mundial a través de la marca Marriott. Construimos cuatro hoteles en Bogotá, Cali y Medellín. Desarrollamos, además, en Bogotá, un moderno centro de negocios y el centro comercial Multiplaza.
¿Qué propició la decisión de cruzar fronteras?
AP. La internacionalización fue una estrategia pensada e impulsada por mi padre, Ricardo Poma, junto a los directores de Grupo Roble, en la década de los noventa. El concepto de “complejo de usos múltiples” había funcionado con éxito en El Salvador y él, que se caracteriza por ir siempre adelante, vio la oportunidad de crear nuevos polos de desarrollo, primero, en Costa Rica, en Escazú, y luego en las ciudades más importantes de la región. Ese fue el inicio de un periodo de expansión para Grupo Roble, algo que en nuestra familia llamamos un “salto cuántico”, porque nos ha permitido crecer rápidamente y liderar con nuestros proyectos en Centroamérica, Panamá, Colombia y República Dominicana.
Como resultado de esta expansión, actualmente operamos 20 centros comerciales, seis complejos corporativos y hemos vendido más de 60.000 viviendas. Más allá de estos números, una de nuestras mayores satisfacciones de cruzar fronteras ha sido ser testigo de la modernización de los países en que operamos y ver cómo hemos contribuido a la transformación de la fisonomía en las ciudades.
¿Cuáles visualiza como los principales retos del negocio en la región?
AP. La rapidez con la que avanza la tecnología, el acceso a la información y los cambios en los gustos y preferencias de nuestros clientes son algunos de los desafíos que hemos identificado. Enfrentar de forma oportuna y eficiente esa evolución es uno de los retos principales en el mundo de los negocios.
Para nosotros, lo más importante es innovar constantemente y transformar los retos en nuevas maneras de hacer mejor las cosas. Por eso nos esmeramos en reinventarnos, en estar a la vanguardia con las últimas tendencias en diseño arquitectónico, funcionalidad, eficiencia energética, atención al cliente y en todas aquellas variables que nos diferencian y nos han dado un reconocimiento en el mercado.
Grupo Roble es una de las empresas más importantes de la región. ¿Cuáles han sido las claves para alcanzar ese éxito?
RP. Desde mi perspectiva y experiencia, el éxito se logra con tres elementos clave: visión, gente y pasión. En Grupo Poma nos hemos esforzado por que estos tres elementos sean la base de nuestra mística de trabajo en todos los países donde operamos. La visión es la brújula que define el camino a seguir y la estrategia a implementar; y la gente, a quien siempre le hemos dado la más alta prioridad, es quien hace que las cosas sucedan. Los equipos motivados, enfocados y con energía son esenciales para lograr el éxito.
AP. Nuestros mayores diferenciadores están cimentados en nuestra clara visión estratégica, la filosofía de trabajo y los valores. Como división inmobiliaria de Grupo Poma, un conglomerado empresarial con más de 100 años de operación, en Roble estamos convencidos de la importancia de hacer las cosas con excelencia, calidad y ética.
La experiencia nos ha mostrado la importancia de mantener la disciplina de evaluar cada oportunidad de negocios de manera minuciosa. Nos esforzamos por que todos nuestros proyectos, sean comerciales o habitacionales, estén altamente diferenciados y ofrezcan la mejor relación calidad-precio en el mercado. Eso nos ha permitido ganar la confianza de nuestros clientes y visitantes, y construir una sólida reputación durante estos 60 años.
Una de las claves para alcanzar el éxito y que me hace sentir personalmente orgulloso es el talento de nuestros colaboradores. Valoramos su trayectoria, experiencia acumulada, así como su fuerte identificación y compromiso con nuestra cultura corporativa, guiada por valores como la excelencia, la integridad, el amor al trabajo, el servicio, la renovación, el respeto y la solidaridad.
Ante los grandes cambios en el sector inmobiliario: ¿Cuáles son los planes de Grupo Roble para el futuro?
RP. Nuestra oferta comercial está basada en una estrategia de diferenciación, acompañada por una sólida y exitosa trayectoria de 60 años. Nos esforzamos para que nuestros clientes vivan experiencias únicas. Queremos ser la mejor opción de productos y servicios en el mercado. Para mantener nuestra posición de liderazgo, nos esforzamos por innovar constantemente en diseño arquitectónico, funcionalidad, tecnología y atención al cliente. Nos adaptamos a las necesidades presentes y nos anticipamos a las necesidades futuras.
AP. Continuaremos consolidando nuestro liderazgo en la región a través del desarrollo de nuevos proyectos habitacionales, corporativos y comerciales, y reafirmamos nuestro compromiso con la visión de hace 60 años: impulsar polos de desarrollo que contribuyan al crecimiento de las ciudades y al bienestar de la sociedad.
Su proyección social
Como división de Grupo Poma, Grupo Roble participa en organizaciones sociales que invierten, decididamente, en educación, salud y cultura. Entre ellas:
- Fundación Poma
- Fundación Salvadoreña para la Salud y el Desarrollo Humano (FUSAL)
- Fundación Renacer.
- Escuela Superior de Economía y Negocios (ESEN) Teatro Luis Poma, que funciona en Metrocentro San Salvador. Es un proyecto singular y una muestra de cómo es posible conectar a las personas con el arte y la cultura en un centro comercial.
- Adicionalmente, ejecuta el programa “Cimientos”, que apoya la reconstrucción de centros educativos públicos en las zonas de influencia de nuestros proyectos.