La deuda panameña se duplicó durante el quinquenio gubernamental de Laurentino Cortizo.
Por EFE
El Ejecutivo del nuevo presidente de Panamá, José Raúl Mulino, descartó este miércoles acudir a los mercados internacionales en lo que resta de año, como parte de una estrategia que promueve la contención del gasto y la diversificación de las fuentes de financiamiento del Estado panameño.
«La República (de Panamá) no tiene intenciones de salir a los mercados internacionales de capitales para lo resta del año 2024», dijo la viceministra de Economía, Eida Saiz, durante un conversatorio encabezado por el titular del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), Felipe Chapman.
La deuda panameña se duplicó durante el quinquenio gubernamental de Laurentino Cortizo, que culminó el pasado 30 de junio, llegando a más de 51.000 millones de dólares, en medio de denuncias de opacidad y despilfarro que esa administración siempre negó, señalando a la crisis por la pandemia como una causa del endeudamiento.
La ausencia de contención del gasto y la emisión de deuda para el pago de gasto llevó a que la calificadora Fitch degradara en marzo pasado a BB+ la deuda del país, lo que supuso la pérdida del grado de inversión, que el país aún mantiene con las agencias Moody’s y Standard & Poor’s.
La viceministra de Economía dijo este miércoles que en lo que resta de este 2024 la intención del Ejecutivo es iniciar un programa de Notas del Tesoro, con emisiones con plazos a de 2 a 10 años colocadas en el mercado local, como una forma de diversificar las fuentes de financiamiento del Estado y profundizar el acceso de los panameños a estos instrumentos financieros.
En este contexto, el Ejecutivo de Mulino aprobó el martes un programa rotativo de emisión de Notas del Tesoro en el mercado local «con un monto acumulado máximo autorizado de 6.000 millones de dólares» preautorizado.
El Consejo de Ministros del martes también autorizó al MEF «a gestionar propuestas de financiamiento por un monto de hasta 3.000 millones de dólares con entidades financieras nacionales e internacionales».
Estas preautorizaciones para emitir papeles, que suman 9.000 millones de dólares y que podrían usarse a lo largo del quinquenio, «no es para aumentar la deuda por esos montos, en lo absoluto», aseveró por su parte el titular del MEF.
Se trata de una «autorización para cuando se necesite acceder a los mercados para honrar nuestras obligaciones, pagar vencimientos de deuda, que ocurren todos los años (…) lo que estamos haciendo es adelantándonos a esas necesidades para no tener que tomar decisiones apresuradas, bajo presión y poder conseguir los mejores términos y condiciones a los costos más bajos posibles», afirmó.
«Esto forma parte de un programa, de una estrategia definida con suficiente antelación (…) y le enviamos una señal a los mercados, a las calificadoras, de que hay una estrategia, hay un plan, una hoja de ruta», agregó Chapman.