El FMI apuntó a la subida en los precios de la energía o los efectos de las sanciones en la economía global como ejemplos de esta incertidumbre.
Por EFE
El FMI suavizó este martes sus predicciones de la contracción que sufrirá la economía rusa como resultado de las sanciones internacionales por su invasión de Ucrania, gracias sobre todo a su fuerte mercado laboral y al mantenimiento de sus niveles de exportaciones energéticas.
En su informe de perspectivas económicas publicado con motivo de las reuniones anuales del FMI y el Banco Mundial, que tienen lugar esta semana en Washington, el organismo financiero estima que la economía rusa se contraerá un 3,4 % en 2022 y un 2,3 % en 2023.
Las cifras son más amables que las previsiones que el Fondo publicó en julio, en las que esperaba una mayor caída del PIB ruso, especialmente en 2022.
«Hemos revisado a la alza nuestras cifras para Rusia pero aun así esperamos caídas para 2023. No esperamos que haya un efecto rebote», explicó el director de Investigación del FMI, Pierre-Olivier Gourinchas, durante una rueda de prensa para presentar el informe.
Los expertos del organismo atribuyeron al fuerte mercado laboral, a la apreciación del rublo, a las exportaciones energéticas y a los estímulos fiscales la resiliencia de la economía rusa, aunque aseguraron que el impacto que tendrán las sanciones, especialmente a largo plazo, será muy grande.
Mucho mayor será la contracción de la economía ucraniana, que según el Fondo alcanzará el 35 % en 2022.
El organismo decidió no incluir predicciones más allá de este año para Ucrania debido a la inestabilidad de la situación por culpa de la invasión rusa.
La invasión ordenada por el presidente ruso, Vladímir Putin, es uno de los factores más señalados por el Fondo entre los que contribuirán a la gran incertidumbre económica que plagará el mundo durante los próximos años.
En su informe, el FMI apuntó a la subida en los precios de la energía o los efectos de las sanciones en la economía global como ejemplos de esta incertidumbre.
«El invierno de 2022 será complicado para Europa, pero el de 2023 probablemente será peor», se puede leer en el texto.De hecho, la crisis energética provocada por el parón en el envío de gas natural ruso a Europa, avisa el FMI, no será un «shock» transitorio.
El organismo explicó que la reducción de las exportaciones rusas contribuirá todavía más a un incremento de los precios del gas natural, mientras que el encarecimiento de muchos alimentos básicos a raíz de la invasión seguirá agravando la espiral inflacionaria que se vive en muchos países.