El FMI ofreció el año pasado más de US$107.000 millones en asistencia financiera a 85 países.
Por EFE
La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, alertó este martes de las «peligrosas divergencias» económicas que se están gestando debido a la desigual respuesta fiscal y de acceso a las vacunas tras la pandemia, especialmente en los mercados emergentes.
Aunque «las perspectivas han mejorado en general, están divergiendo peligrosamente no solo dentro de los países, también entre los países y las regiones» con una recuperación de «múltiples velocidades» encabezada por EE.UU. y China, advirtió Georgieva en un discurso en el centro de estudios Council on Foreign Relations.
«Son parte de un pequeño grupo de países que habrán superado ampliamente sus niveles de producto interno bruto (PIB) a finales de 2021 -sostuvo-. Pero son la excepción, no la regla».
DISTRIBUCIÓN JUSTA DE LAS VACUNAS
En el agregado global, la directora del FMI adelantó que espera un crecimiento superior al 5,5 % pronosticado para este año y del 4,2 % para 2022, cifras que presentarán la próxima semana en el marco de la asamblea de primavera que celebra el organismo junto al Banco Mundial (BM) de manera virtual debido a la pandemia.
El organismo situó la contracción global del pasado año en el 3,5 %, la mayor desde la Gran Depresión de la década de 1930.
Pero Georgieva reconoció que estas proyecciones se dan en un contexto de «elevada incertidumbre», y la clave es el «irregular progreso» en la vacunación y las nuevas variantes del virus que están frenando el crecimiento, especialmente en Europa y Latinoamérica.
En Estados Unidos, Biden ha afirmado que para finales de abril el 90 % de los adultos podrán ser vacunados, mientras que la Unión Europea (UE) se ha marcado como objetivo tener al 70 % de la población vacunada para finales de verano.
Las economías en desarrollo, sin embargo, no prevén alcanzar ese rango hasta al menos finales de año, e incluso podrían tener que esperar a 2022.
Por ello, Georgieva subrayó que «el mundo necesita un mecanismo justo de redistribución de vacunas desde países con exceso a países con déficit» y así incrementar el ritmo de vacunación en los países más pobres.
Indicó, además, que «a medida que la pandemia retrocede», los programas de apoyo gubernamental «deberían ser desmontados», algo que tendrá que «gestionarse con cuidado para amortiguar el impacto en los trabajadores».
AMENAZA DE CRISIS DE DEUDA EN EMERGENTES
Respecto a las economías emergentes, el mensaje de Georgieva fue de alarma ante potenciales baches en la recuperación económica.
Entre ellos, citó la posibilidad de que «una veloz recuperación en EE.UU. pueda causar una rápida subida en las tasas de interés, lo que conllevaría una aguda contracción de las condiciones financieras y significativas salidas de capital de las economías emergentes».
Este escenario, dijo, «supondría enormes desafíos para los países de medianos ingresos con grandes necesidades de financiación y elevada deuda. Muchos países necesitarán más respaldo».
El FMI ofreció el año pasado más de 107.000 millones de dólares en asistencia financiera a 85 países, y solo en el África subsahariana la aportación del organismo ha sido 13 veces mayor que la media anual de la década previa.
A la falta de recursos que encaran los países en desarrollo se sumará la necesidad de invertir para un modelo de crecimiento más sostenible, basado en las energías renovables y la transición digital, algo para lo que solo los países ricos cuentan con la capacidad.
«Las naciones más pobres están en riesgo de perder lo que es una transformación histórica hacia una economía global basada en cimientos verdes y digitales», recalcó Georgieva.