Las patentes revelan hacia donde se mueven las inversiones en tecnología e innovación de un país. En El Salvador hay un notable desplome en los últimos cinco años, según estadísticas del CNR.
Por El Salvador
Datos estadísticos del Centro Nacional de Registro (CNR) revelan que el año pasado hubo una baja en la producción de patentes en el país, ya que se registran 901, es decir 291 patentes menos que en 2019 cuando fueron 1,191.
Las patentes registradas marcan el sendero hacia dónde va la inversión en innovación y tecnología de un país y hacia dónde los empresarios pueden orientar sus capitales, explica Luis Roberto Mejía, del Programa de Innovación Tecnológica (Proinnova) de Fusades (Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social).
Aunque en 2019 se dio un leve repunte de registros otorgados, los datos colgados en el Portal de Transparencia del CNR muestran un notable decrecimiento en los últimos cinco años.
Lo mismo sucede cuando se comparan las cifras de solicitudes de registro de patentes de los últimos cinco años, pues de 913 solicitudes que se hicieron en 2016 bajaron a 590 en 2020.
Pero ¿cuál es la importancia del registro de patentes? Según el experto, el desarrollo de una cultura de patentes conlleva a la competitividad de las empresas.
“Una empresa a través de un análisis de patentes, a través de datos donde puedo visualizar la información y la evolución de cierta tecnología que ha sido patentada, se le puede dar seguimiento a la evolución de qué se patenta más, por ejemplo”, apunta.
Los empresarios pueden utilizar esta información y si está en un rubro de negocios en el que se está patentando, puede saber en qué mercados hay mejor oportunidad para un producto y dónde están los expertos que puedan ayudarle a mejorar sus procesos o sus productos, explica Mejía.
Agrega que el innovador también puede crear un modelo de negocio donde cree tecnología, posteriormente registre la patente y después busque el financiamiento para ejecutarlo internamente o vender la tecnología a otras compañías.
“Esto ha venido a evolucionar en el mundo empresarial porque las empresas hoy en día están valorando los activos intangibles; en Latinoamérica aún no se ve, pero ahí vamos poco a poco. Para algunas empresas al rededor del mundo los intangibles vienen a representar el 90 % de sus activos”, menciona.
Dinamización económica
El registro de patentes juega un papel clave en el movimiento de la economía, sobre todo en un momento como el que se enfrenta debido al COVID-19, dice el experto.
“Las empresas al crear estas propiedades intelectuales e innovaciones vienen a aumentar el valor de las marcas y de la empresa como tal y se mueven mejores posibilidades a futuro”, destaca.
En la industria farmacéutica y de laboratorios que desarrollan medicamentos están entre los rubros que desarrollan más el registro de patentes.
De acuerdo al experto, El Salvador no es conocido como un país que haya contribuido en el tema de tecnología como tal.
Si bien el derecho de la patente es para quien registra la invención, el tema es un proceso en el que están involucradas empresas, investigadores e inventores, añade.
“Como región no tenemos patentes registradas en mercados importantes y nosotros como El Salvador patentar a través de las oficinas que hay al rededor del mundo no es una práctica que esté muy difundida”, indica.
Para los empresarios, conocer el registro de patentes de un país le permite tener la certeza de hacia dónde se mueve la tecnología, para la toma de decisiones.
“La cultura de ver el cambio del entorno a través de patentes es una práctica muy sana y que las empresas deberían incorporar, pero se necesita sensibilización y cooperación entre los organismos del ecosistema que apoya estos movimientos”, apunta.