Arévalo De León, quien actualmente es diputado, llegó al balotaje impulsado por un sólido voto urbano, con la promesa de combatir la corrupción en el país centroamericano.
Por EFE
El académico de 64 años Bernardo Arévalo de León, de la agrupación política progresista Semilla, fue elegido este domingo como el nuevo presidente de Guatemala tras superar en las elecciones a la ex primera dama Sandra Torres Casanova.
Escrutado el 90 % de los votos, Arévalo de León suma un total de 2,2 millones de papeletas a su favor, lo que representa el 59 % del total, mientras que Torres Casanova contabiliza 1,3 millones de sufragios recibidos (35 %).
El Tribunal Supremo Electoral guatemalteco hará oficial en las próximas horas el resultado que permitirá a Arévalo de León ser investido el próximo 14 de enero por un período de cuatro años, en reemplazo del actual mandatario, Alejandro Giammattei.
Arévalo de León acumula una ventaja de más de 900.000 votos sobre su contrincante Torres Casanova, una distancia que a criterio de expertos es insalvable.
Un total de 3,7 millones de guatemaltecos asistieron a las urnas, lo que representa un 40 % de los 9,3 millones de ciudadanos habilitados para participar en la elección.
Hasta el momento, se registran 44.586 votos en blanco y 129.050 nulos, de acuerdo con los datos preliminares del TSE.
Según expertos, esta es la elección más controversial de Guatemala, desde la instauración de la democracia en 1986, debido a los altos niveles de judicialización y la intervención protagonizada por la Fiscalía, encabezada por fiscales sancionados por corrupción por el Departamento de Estado de los Estados Unidos.
Durante las últimas semanas, la Fiscalía de Guatemala acusó al partido de Arévalo de León de un supuesto caso de firmas falsas en su proceso de creación en 2018.
El pasado jueves, el fiscal a cargo del caso, Rafael Curruchiche, aseguró que podría emitir órdenes de captura y peticiones de antejuicio contra cuadros del partido Semilla.
Arévalo De León, quien actualmente es diputado, llegó al balotaje impulsado por un sólido voto urbano, con la promesa de combatir la corrupción en el país centroamericano y la intención de emular la presidencia de su padre, Juan José Arévalo Bermejo, quien gobernó el país entre 1945-1951.