Estados Unidos, a través de sus agencias y secciones, «colabora estrechamente con socios del sector privado.
Por EFE
La embajadora de Estados Unidos en Tegucigalpa, Laura Dogu, dijo este viernes que su país «colabora estrechamente» con el sector público y privado para construir una Honduras «democrática, próspera y segura», ayudando así a evitar la migración irregular de hondureños.
«Estamos aquí para beneficiar al pueblo de Honduras, estamos invirtiendo cientos y millones de dólares de los impuestos del pueblo de los Estados Unidos», subrayó Dogu en un video publicando en X por la embajada estadounidense.
La diplomática indicó que el dinero que EE.UU. está destinado al país centroamericano «no es algo mágico», pues proviene del «pueblo de los Estados Unidos», por lo que debe invertirse de «forma transparente e impactante para beneficiar» a Honduras.
Estados Unidos, a través de sus agencias y secciones, «colabora estrechamente con socios del sector privado, la sociedad civil, organizaciones internacionales, el gobierno y, por supuesto, con el pueblo, para construir una Honduras democrática, próspera y segura», añadió.
«Hemos estado aquí por décadas, estamos aquí trabajando duramente cada día y lo que puedo decir es que en el futuro vamos a estar aquí con otros equipos, otros embajadores en el futuro, pero vamos a estar aquí», enfatizó la diplomática estadounidense.
Expresó su deseo de «ver menos necesidad» en Honduras para que los hondureños no tengan que «salir de su país en una ruta tan peligrosa hacia los Estados Unidos».
«Eso es lo que estamos haciendo cada día, no importa si estamos trabajando en asuntos económicos, de defensa, de cooperación con la policía, ayudando a las empresas estadounidenses, tratando de invertir en desarrollo de país», afirmó la diplomática.
Cientos de personas, incluidos niños no acompañados, procedentes de Honduras intentan emigrar anualmente huyendo de situaciones como la violencia y la pobreza, dos de los principales flagelos que afectan al país.
Los menores que cada año intentan llegar a Estados Unidos, según organismos de derechos humanos, lo hacen con la idea de reencontrarse con familiares o por la violencia que sufre el país.