El primer acuerdo sobre bosques tropicales entre Estados Unidos y El Salvador fue firmado en 2001 y generó US$14 millones.
Por EFE
Estados Unidos y El Salvador firmaron un acuerdo de canje de deuda para destinar 20 millones de dólares para que se implementen acciones para conservar bosques tropicales y corales, según un comunicado de la sede diplomática estadounidense difundido este miércoles.
Con el acuerdo – firmado el pasado 29 de septiembre- se redirigirá, con el tiempo, una deuda de 20 millones a un fondo de ecosistemas de bosques tropicales y arrecifes de coral en El Salvador y se otorgará a organizaciones no gubernamentales que beneficien directamente al pueblo salvadoreño.
De acuerdo con la nota de la Embajada de EE.UU. en El Salvador, estos fondos contribuirán a la conservación de áreas forestales naturales extraordinarias en el país centroamericano, hogar de abundantes variedades de vida animal y vegetal.
El acuerdo también incluye disposiciones para la conservación de los ecosistemas y bancos de arrecifes de coral de El Salvador, importantes para su biodiversidad y economías regionales, señala la información.
El primer acuerdo sobre bosques tropicales entre Estados Unidos y El Salvador fue firmado en 2001 y generó 14 millones de dólares en fondos de conservación, contribuyendo también a la restauración, conservación, manejo y uso sostenible de los bosques tropicales en todo El Salvador.
Además, desde 2009 una parte de dicho fondo se destinó a un programa estratégico de gestión de ecosistemas que conserva áreas naturales protegidas, zonas de amortiguamiento y ecosistemas marinos costeros, incluidos los manglares.
El administrador del fondo, tanto del acuerdo de 2001 como del nuevo acuerdo, es el Fondo de Inversión Ambiental de El Salvador (FIAES), que fue creado en 1994 bajo un programa previo de tratamiento de la deuda del gobierno de EE.UU.
El programa se denomina Iniciativa Empresarial para las Américas y generó más de 41 millones de dólares para la conservación del medio ambiente en general.
El FIAES, según la fuente, ha evolucionado hasta convertirse en un fondo de conservación reconocido que administra múltiples cuentas de varios donantes, incluido el Fondo Verde para el Clima, el programa para la Alimentación y la Agricultura de la Organización de las Naciones Unidas, y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.