La vicepresidenta de EE.UU., Kamala Harris, asumió la misión de coordinar la política de Washington con El Salvador, Honduras y Guatemala para combatir los problemas de violencia y corrupción.
Por EFE
Estados Unidos dijo este lunes que está abierto a dialogar con aquellos miembros del Gobierno de Honduras que combatan la corrupción, pero no aclaró si está intentando excluir al presidente hondureño, Juan Orlando Hernández, a quien fiscales de Nueva York señalan por narcotráfico.
El portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, hizo esas declaraciones en una rueda de prensa cuando fue preguntado sobre el viaje esta semana del enviado especial de Estados Unidos para el Triángulo Norte de Centroamérica, Ricardo Zúñiga, que este lunes está en Guatemala y también planea visitar El Salvador.
Price intentó restar importancia a que el viaje no incluya Honduras y explicó que, cuando regrese a Washington, Zúñiga se reunirá con los funcionarios hondureños «apropiados», entre los que citó al canciller del país centroamericano, Lisandro Rosales, quien planea viajar a Estados Unidos.
«Seguiremos apoyando al pueblo hondureño, a la sociedad civil y a aquellos miembros del Gobierno hondureño que están comprometidos a luchar contra la corrupción junto a nosotros, porque sabemos que nuestro objetivo tiene que ser abordar los problemas que provocan la migración si es que queremos encontrar una solución a largo plazo para este desafío», dijo Price.
A continuación, preguntado por un periodista sobre si Hernández es uno de esos desafíos para el futuro de Honduras, el portavoz se limitó a decir que «la corrupción sigue siendo un reto en la relación con Honduras».
Reiteró, además, el deseo de Washington de trabajar con la sociedad civil y «aquellos» en el Gobierno hondureño que quieren luchar contra la corrupción que se ha vuelto «endémica» en el país.
SIN MENCIÓN A HERNÁNDEZ
En ningún momento, Price mencionó o se refirió al mandatario hondureño, en el poder desde 2014 y cuyo hermano Juan Antonio «Tony» Hernández fue condenado la semana pasada a cadena perpetúa más otros 30 años de cárcel en un tribunal de Manhattan (Nueva York).
A finales de marzo, la vicepresidenta de EE.UU., Kamala Harris, asumió la misión de coordinar la política de Washington con El Salvador, Honduras y Guatemala para combatir los problemas de violencia y corrupción que provocan la huida de sus ciudadanos hacia el norte.
Desde que asumió esas nuevas responsabilidades, Harris ha conversado solo con el presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei; pero no con Hernández ni con el mandatario salvadoreño, Nayib Bukele.
PREOCUPACIÓN POR LA SEPARACIÓN DE PODERES EN EL SALVADOR
Al ser preguntado por Bukele, Price volvió a expresar preocupación por la separación de poderes, una inquietud que ya expresó a principios de marzo tras las elecciones legislativas en El Salvador, ganadas con grandes mayorías por el partido del actual gobernante.
«Esperamos que el presidente Bukele restaure una fuerte separación de poderes que ha sido erosionada y que demuestre que su Gobierno está comprometido con la transparencia y el rendimiento de cuentas ante el pueblo de El Salvador. Volvemos a enfatizar la importancia de las instituciones democráticas», manifestó Price.
La popularidad del controvertido Bukele impulsó a su partido, Nuevas Ideas (NI), hacia una contundente victoria en las elecciones legislativas del 28 de febrero, asegurándole el control de la Asamblea Legislativa y abriendo la puerta a influir en todos los estamentos del Estado.